BCCCAP00000000000000000000429

54 EL MENSAJE DE LA BIBLIA dical en la vida moral y religiosa del hombre interior, no lleva consigo ninguna modificación en la condición exterior y so– cial de los fieles. El cristianismo no se presenta como una re– volución brusca de las condiciones sociales existentes. Tien– de a reformar primero los corazones, a penetrarlos de ley de: caridad, del sentimiento de igualdad crü,tiana, pan, así, sen– siblemente, preparar el cambio de las instituciones, la mitiga cíón y la abolición final de la esclavitud. San Pablo, ciertamente, no habla de la abolición de la es– davítud; pero impone ialcéi normas en la manera cómo los señores han de tratar a sus esclavos que prá.st1Lamente zanj.t el abismo de clases existentes en el ant.iguo mundo grecu– romano, ya que el esclavo se convierte en hermano para ,-1 señor. (Ef., 6,5-8; Col., 3,22-25.) Léase la breve carta a Fi lemón acerca de cómo ha de tratar a su sier\"o Onésimo: ,(Tal t:,e te apartó por un 111on1ento para que por siempre le luvie~ ras, no ya co1110 siervo, antes mús que sil:rvu, hermano ama– do, muy amado por mí, pero mucho ma~ para ti, según la le} humana y según el Señor. ll Solamente sobre las bases d,e semejante «poiítica bíblicall, fundada sobre la moralidad religiosa-política de justicia, Lle equidad, de sinceridad, de confianza, dé bu<:na voluntad y de humanidad-, puede mantenerse una estable concordia entre los pueblos de la tierra. No hay otro derecho internacional que pueda establecer la paz que el fondado sobre la eterna e inmutable Carta Magna del Sinaí: «Un derecho internacio– nal sin derecho divino es un estadü de guerra permanente o una simpie tregua. La guerra está en su origen, puesto que no implica nada que pueda fundamentar 1a paz entre las na– ciones.)> El derecho y la justicia de los impíos-dice el sal– mista-es como paja que arrebata el viento (Salmo 1,4).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz