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P. CARLOS DE VlLLAPADIERNA 47 campos: «Cuando hagas las recolección de vuestra tierra, no segarás hasta el límite extremo de tu campo ni recogerás las espigas caídas, ni harás el rehusco de las viñas y olivares, ni recogerás la fruta de los frutales ; lo dejarás para el pobre y el extranjero» (Lev. 19,9-10). En el Pentateuco encontramos un ensayo de la organiza– ción de la caridad. Las prescripciones referentes al año sa– bático y jubilar indican cuál sea el ideal social de la Ley. Cada siete años no se debían trabajar los campos, ni hacer la re– colección, ni la vendimia, etc ... (Ex. 23,IO-II ; Lev. 25,1- 7, 18-22). La tierra descansaba y cada uno, pobre o rico, de– bía recoger para alimentarse los frutos crecidos sin trabajo humano. Así se disminuía considerablemente la diferencia entre ricos y pobres ; todos tenían el mismo derecho en los frutos. El año sabático debía ser entre los isradistas el año del perdón general de las deudas (Deut., 15,1-II). ((Cada séptimo año harás la remisión. He aquí cómo se ha de hacer la re– misión: Todo acreedor que haya prestado condonará al deu– dor lo prestado, no lo exigirá ya más a su prójimo; una vez publicada la remisión de Dios podrás exigirlo del extran– jero, pero no de tu hermano, al que harás la remisión para que no haya entre ti pobres)). (Cfr. Deut., 31,10.) La ley pone en guardia al prestamista que al acercarse el año sabático no quisiera prestar (Deut., 15-9). No se debía exigir al hebreo interés en los préstamos monetarios (Ex., 22,24) ni en los préstamos de mercancías: «No exijas de tus hermanos in– terés alguno, ni por dinero, ni por víveres, ni por nada de lo que con usura se presta» (Deut., 23,20). Esta legislación intentaba mantener la igualdad social, <!ivitando el empobrecimiento de unos y el enriquecimiento de otros. Digna de notarse también es la ley con relación a los

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