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r. CARLOS DE VILLAPADIERNA superior es ((ministro de Dios parn el biem> trufa política, tan– to colectiva como individual debe estar sometida a la ley diYina. Considerado a ia lm: d, la Biblia. el maquiavelismo que permitie todo al 11rí11cipe para rnaílkllcr su poder, es una .:~pantosa inmoraiidad. Un Estado ah~olutamenk :,oberano que prdende :;er él mismo ley y fin : se co1n-ierte, según la 1:ihlia, en un ídolo, y toda «política realista)), privada de Dios y de su yoluntad, se pone al servicio de los ídolos. b) Relaciones entre padres e hijos (Ef., 6,1-6; Col. 3,20). En estas dos l·pístolas principalmente expone San Pablo las relaciones mutuas entre padres e hijos. La obediencia de los hijos a los padres debe ser unin:rsal, porque esto, desde el punto de vista cristiano, es agradable a Dios y ·a los hom– bres; la obediencia, según la epístola a los de Efeso, debe proceder de un motivo sobrenatural. Este ideal de la obe– diencia define también sus límites ; no obliga ante órdenes contrarias a la voluntad de Dios. A su vez, los padres deben educar a sus hijos según las exigencias del ideal cristiano : con dulzura y firmeza; no exasperarlos con órdenes duras, caprichosas, arbitrarias, con amenazas o castigos desproporcionados ; el niño no es un animalito a quien se don1C'stica mediante una discipiina im– placable, como hace el domador de fieras salvajes, sino 1111 ser que hay que formar. Para conse~·uir esto, el educador debe corregir, ayudando; cmler,:zar y encauzar animando : e,timular ~on la simpatía íuteíigc11tc y el don de sí mismo, porque el deber se hace eficaz cuando se trueca en amor. c) Obediencia a los fefcs religiosos de la comunidad cris– titrna.-(Ilehreos 13,17). Según el pcmamiento de San Pa blo, la Iglesia es la gran familia de Dios con miembros je-

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