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P. CARLOS DE VILLAPADIERt,A ordenada a la instrucción religiosa de los fieles, serán sometidas a la autoridad y jurisdicción de los Ordinarios". Y a continuación la Comisión da normas prácticas para llevar a efecto estos deseos de la Pontificia Comisión Bíblica. En– tre estas normas, sobresale la siguiente: "Todas las reuniones destinadas a quienes no cultivan ex profeso los estudios de Sa– grada Escritura, en las que han de tratarse temas bíblicos, llá– mense Semanas Bíblicas o Días Bíblicos, no podrán celebrarse sin el permiso y aprobación del Ordinario competente. Y habrán de presentarse con anticipación al Ordinario mismo los temas y oradores que hayan de tratarlos. Y, celebrada la conferencia, el que hubiere presidido dará cuenta brevemente de lo tratado, de lo dispuesto y de las conclusiones al mismo Ordinario. Ha– brá de envíar la misma relación al reverendísimo secretario de la Comisión Bíblica, acompañando el programa de la reunión y la lista de oradores. "En estas reuniones deben tratarse asuntos "que promuevan la sólida instrucción de los oyentes en la fe y en la vida moral y ascética, y exciten y acrecienten el amor sin– cero a la Sagrada Escritura, y no alimenten la vana curiosidad y deseos de novedades." c) Enseiíanza biblica.-Son necesarios manuales de divul– gación hechos por especialistas en diversas ciencias-trabajo de equipo-, en los cuales se ponga al alcance de los fieles el ver– dadero sentido teológico de la Biblia, fuente de vida. Son muy convenientes las reuniones periódicas de educadores, para com– pulsar y transmitirse experiencias, dificultades, resultados prós– peros o adversos en la enseñanza de las cuestiones bíblicas. Para que estas reuniones surtan efecto, es necesario que los edu– cadores estén sólidamente formados en la Palabra de Dios, lo cual se logra, al menos en parte, mediante cursillos, retiros es– pirituales, fundados en los Libros Sagrados.

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