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386 EL ::-.IEXS.\JE DE LA BIIlLIA un auditorio de 150 pe1:sonas, más o menos, mediaat:: una lec– tura seguida del Evangelio de San Mateo, acompañada de un breve comentario. En Amsterdam, el sacerdote A. Th. Brouwer procede de la siguiente manera: da primero una introducción para orientar a su auditorio, por ejemplo, sobre el Evangelio de San Juan; luego deja a cada uno la libertad de expresar sus propias ideas, fruto de lectura personal de las perícopas de San Juan. Para variar, sugiere el tema de un trabajo: "¿Cómo llama San Pablo la vida después de la muerte?"; "La Oración en San Lucas", etc. En la reciente Instrucción de la Pontificia Comisión Bíblica a los Excelentísimos Ordinarios de lugar acerca de las Asocia– ciones bíblicas y de los Congresos y reuniones del mismo g,Sne– ro (15 de diciembre de 1955), aprueba y ensaiza los frutos que los círculos bíblicos, los días bíblicos, semanas, etc., puedrn aportar para el mayor conocimiento y difusión de la Biblia, pero con tal de que se observen las siguientes condiciones: 1.ª Todas las cosas deben prepararse y realizarse con gran cautela y cuidado. 2.ª Los temas para estas reuniones deben escogerse entre aquellos que más contribuyan al conocimiento de la doctrina de las Sagradas Escrituras y al fomento en los fieles del amor y ve– neración de las Sagradas Escrituras. 3.ª Los oradores han de estar bien impuestos en los temas tratados ,obedientes al Magisterio, prudentes y sobrios en la ex– posición, conscientes del nivel científico del auditorio. Y para que en adelante no se den lamentables desviaciones "estas Asociaciones bíblicas y todas las reuniones y asambleas bíblicas, así como los libros y artículos en revistas o periódicos sobre materias bíblicas, como quiera que son cosa religiosa y

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