BCCCAP00000000000000000000429

P. CARLOS DE VILLAPADIERNA 37 1 Michel. Sigues la buena senda y posees la verdad y la vida. Su– frir para sus semejantes, enseñarles el camino de la verdad y ex– piar por ellos es el único orden existente... Y lo es asimismo estar solo, provocar injurias y risas, pasar por loco, vivir dura– mente de su profesión, permitir ser robado por aquellos a quie– nes se cura y se enriquece, saber de traiciones, de negaciones, ingratitudes, dudas, lágrimas y agonías. Sustentarse con poco, padecer sin curarse a sí mismo para curar a los demás y oírse apostrofar: "Maldice de una vez a Dios y muérete." Esta es la vida, este es el orden. Todo está bien y es hermoso. Esto es vivir, es llevar a cabo la misión de la verdad. Bendito sea el nombre del Señor. Y aunque Dios me enviara la muerte, segui– ría esperando en El. Lee una vez más a Job, Michel." Cuántas vidas jóvenes encontrarían el equilibrio sereno en su vida si hiciesen realidad en su alma estos consejos optimistas del médico creyente de Cuerpos y Almas. Y LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA" El optimismo enseñado por la Biblia, palabra de Dios sem– piternamcnte actual y operante en el corazón del hombre, tiene por fin a Dios y a su reino: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura" (Mt., 6, 33). Hay en el Evangelio una expresión de Cristo que ella sola basta para dar valor y consistencia a nuestra vida: "Una sola cosa es necesaria" (Le., 10,42)-dice Jesús a Marta-, conquistar el reino de Dios. Para ello el mismo Jesús nos da la palabra de orden: el combate, el estado perpetuamente agónico de nuestra existencia: "No he venido a traer la paz sino la espa– da," dice el Maestro. La actitud moral de todo hombre a lo largo de esta lucha constante debe constituir el centro primor-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz