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EL MENSAJE DE LA BIBLIA carece de optimismo y de esperanza hay que estrujar al máximo el placer que pueden proporcionar las criaturas. La página del escritor danés Joergensen, y convertido al catolicismo, en su libro La Nada y la Vida es el retrato viviente de los existencia– listas y de cuantos han perdido la esperanza: "Los prometedores de la alegría nos han engañado. ¿Cómo podrían negarlo? No faltan testigos acusadores a lo largo de los caminos, cuya mano agonizante ha apretado la ampolla del veneno o el gatillo de la pistola... Oigo una voz, la de Heine: Dejemos el cielo a los go– rriones y a los ángeles. Nosotros queremos champán, rosas y la danza de ninfas sonrientes... Para el que no tiene para pagar el vino y las rosas y las ninfas, no queda otro remedio que ale– jarse un poco-bastante para no turbar la alegría de los de– más-y poner en sus sienes el cañón de la pistola. Un hombre se va, un átomo de menos." Este es el final espeluznante de los hombres valientes en apariencia, pero que en lo íntimo de su espíritu llevan la tara de un corazón insatisfecho y desgraciado, de una inteligencia sin luz orientadora que calme y aquiete las dudas desesperantes. El optimismo confiere al creyente la certeza de que, para la Humanidad, en cuanto familia humana, todo es bueno sobre la tierra, si se cree en Dios y en los hombres, si se cree que la vida tiene un sentido y una finalidad, y que Dios domina y guía al mundo. LA RELIGIÓN ES EL ARCA DE REFUGIO Los Libros Santo~ nos enseñan que Dios ha creado el mun– do y dirige la humanidad hacia un fin presignado por El; que Cristo nos ha traído el mensaje gozoso de salvación; mediante la Iglesia, siguen transmitiéndose a los hombres, los valores en-