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EL MENSAJE DE LA BIBLIA palabras de Cristo: "Buscad primero el reino de Dios y su jus– ticia y todas las demás cosas-incluso la alegría--os serán añadidas" (Mt., 6, 33). La Biblia nos habla de la alegría para los tiempos del do– lor, de esa alegría que es paz y es amor. Cuando se tiene con– ciencia de la presencia de Dios, el gozo íntimo experimentado forma un contrapeso a todos los sufrimientos. La época actual no es la más propicia para la serenidad y tranquilidad de espí– ritu. Las almas viven en continua tensión y sobresalto. Los ver– daderos cristianos viven envueltos por un ambiente hostil y per– verso en el que resulta heroico el comportamiento digno y ho– nesto. No solamente son dolores los sufrimientos materiales y morales, las persecuciones y las cárceles, lo es también la at– mósfera de indiferencia religiosa y a veces de hostilidad abierta en que el cristiano debe manifestar su fe. En este mundo ma– terialista y materializado, el cristiano auténtico es un habitante anacrónico, desambientado y retrasado. De ahí el sufrimiento que necesariamente debe nacer en el fondo de su alma buena; pero esto no le turba, al contrario, sintiéndose unido a Dios, en la paz de su reino, el alma se llena de gozo íntimo y tranquilo. Así el viejo Eleazar confiesa a lo largo de su martirio que su– fre y muere gustoso y con alegría por la ley de Dios. Estando para morir de los azotes exhaló un gemido y dijo: "El Señor Santísimo ve bien que, pudiendo librarme de la muerte, doy mi cuerpo a los crueles azotes; pero mi alma los sufre gozosa por el temor de Dios." Así acabó la vida, dice el cronista, dejando con su muerte no sólo a los jóvenes, sino a todos los de su nación un ejemplo de nobleza y una memoria de virtud" (2 Me., 6, 30-31).

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