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EL MENSAJE DE LA BIBLIA naturales y de la creencia en la otra vida. "Tal civilización pone la vida en recios contrastes. Decide al hombre a apartarse de la frialdad de un mundo sin alma y a reconcentrarse en sí mis– mo, para moverle pronto a trasladarse de la angostura y pesa– dez de la condición humana a la espaciosa grandeza del univer– so." Eucken pinta la civilización moderna como simple progre– so humano y material, sin el cultivo legítimo del espíritu, y pone de relieve su completa inutilidad en la escala de valores trascendentales y perdurables. "Un engranaje inmenso, una agitación y una prisa incesan– tes, un apasionado afán de encumbrarse, una competencia te– naz para sobrepujarse unos a otros; no se atiende tanto a la vida propia como a la de los demás; nada de asuntos del alma, nada de esfuerzos internos; casi no hay puro fervor ni verdade– ra caridad, sino fastuosa palabrería; el egoísmo manifestándose hasta en los trabajos más serios; el hombre con sus miras inte– resadas y su veleidad, juez supremo de lo malo y de lo bueno, de lo verdadero y de lo falso, siguiéndose de ahí el exagerado deseo de alcanzar la estimación de los hombres y de salvar las apariencias: todo esto, con la pretensión exterior de fines idea, les y el fingimiento de sentimientos elevados, produce la falta general de veracidad, la hipocresía, el aplanamiento intelectual y el vacío moral." ¡ Qué certeras y evidentes son estas frases del filósofo Eu– cken: el egoísmo, la hipocresía, las apariencias y el ansia de bienestar material son los móviles que impulsan las acciones de los hombres modernos! Y ¿cuál es el resultado de todo este engranaje? la desesperación, la falta de paz, que en muchas ocasiones termina con el suicidio. El ingenioso Salvation Army ha inventado la forma más modernista de previsión social: ha establecido en las principales ciudades (Londres, Berlín, Mel– bourne, Nueva York, Chicago, San Francisco, Los Angeles) ofi-

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