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EL :MENSAJE DE LA BIBLIA blema se convierte en una cuestión de teodicea sobre la justi– cia de Dios en el mundo. Esta cuestión se plantea en cada pá– gina del Antiguo Testamento, y singularmente en algunos sal– mos, en el libro de Job y del Eclesiastés. TRES SOLUCIONES Al PROBLEMA DEL DOLOR El incrédulo es incapaz de responder a esta pregunta sobre el sufrimiento. Tres soluciones o posturas pueden adoptarse ante el dolor. La de los estoicos, apretar los dientes y aguantarse. La segunda es la de la filosofía de Buda, según la cual toda pena, todo dolor proviene del deseo. Si pudiéramos extinguir todos nuestros deseos, llegaríamos a un estado de tranquilidad en el que seríamos absorbidos en el gran Nirvana o en la inconscien- . cía. La tercera solución es la de la filosofía hebreocristiana, se– gún la cual el dolor tiene una finalidad trascendente y una mi– sión sublime que cumplir en el mundo. Y esta filosofía del do– lor se halla reflejada en la Biblia, el libro de los libros. Quien gime oprimido por el yugo del sufrimiento tiene en la Biblia motivos de consuelo inefable. La primera respuesta de la Biblia al problema del mal es la siguiente: el mal proclama la justicia de Dios. Sirve para mantener el orden moral establecido por el Creador. De donde se sigue que el sufriminto castiga toda infracción de este orden. Lo mismo que por la culpa la muerte y la pena han entrado en el hombre ,así también con frecuencia la culpa, el pecado son cansa del sufrimiento, de tal suerte que no queda otro remedio que inclinarse ante la justicia de Dios. Sin embargo, la explicación del dolor, en cuanto castigo, no vale para todos los casos ni para todos los hombres. A la luz de la idea de solidaridad, esta explicación puede extenderse a

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