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33º EL MENSAJE DE LA BIBLIA que sabe que Dios se cuida de él, puesto que Dios ha creado a los pequeños y a los grandes y se interesa igualmente por to– dos. La Biblia nos dice que el hombre no logrará deshacerse de sus inquietudes hasta que ponga su confianza en Dios. La ex– periencia de muchos y grandes santos confirma esta afirmación. En el alma moderna brillaría siempre la luz de la alegría sedan– te si admitiese benévolamente algunos de los consejos dados por Jesús en el Sermón del Monte, cuando recomienda no preocupar– se por el futuro: "Mirad cómo las aves del cielo no siembran, ni siegan, ni encierran en sus graneros y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? ¿Quién de vos– otros con sus preocupaciones puede añadir a su estatura un solo codo? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Mirad a los lirios del campo cómo crecen: no se fatigan ni hilan. Yo os digo que Salomón en toda su gloria no se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se le arroja al fuego, Dios así la viste, ¿no hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No os inquietéis por el día de mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes, bás– tale a cada día su afán" (Mt. 6, 22 ss.). Regla de oro, que debería anunciarse en letras luminosas en las calles y en las plazas céntricas de todo el mundo. Y si luego el hombre acepta en su vida la mercancía preciosa del reclamo, la paz auténtica, la serenidad que calma y dignifica, sería el te– soro inestimable de la conciencia. La confianza en Dios que viste a los lirios del campo y alimenta a los pájaros del bosque es el único medio para desterrar la inquietud, la angustia que tortura y mata, ya que solamente hay angustias insuperables para quien no cree en Dios y en Jesucristo.

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