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P. CARLOS DE VILLAPADIERNA siente que nuevas realidades se escapan a sus cálculos y medi– das; se revela contra el Creador, porque no acierta a compren– der que en el conjunto armónico del universo todo ha sido puesto con número, peso y medida, en frase de la Biblia anteriormente citada. Es en las manos de Dios donde está todo, sin que nada pueda sustraerse a su providencia fuerte y paternal. "Cierta– mente-dice el Papa-los tiempos que atraviesa el mundo no son para dejar tranquilos a los que, privados de una fe viva, ponen toda su esperanza en las personas y en los cálculos hu– manos." Las personas y cálculos humanos, desligados de Dios, llevan a la desesperación y a la angustia, y convierten al hom– bre en un pobre insecto hambriento que se mueve entre las hojas de hierba de los prados terrestres. Y es que las realida– des dd mundo hay que interpretarlas a la luz de aquel princi– pio de San Pablo, escribiendo a los fieles de Roma (11, 36): "De El y por El y para El son todas las cosas. A El la gloria por los siglos. Amén." (Radiomensaje de la Navidad del 56.)