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308 EL MENSAJE DE LA BIBLIA ciertos miramientos, con una justicia mitigada por su verdad y su paciencia." "Grandes e inescrutables son tus juicios-dice el sabio-, y por esto· las almas en tinieblas se extraviaron. Pues suponien– do los inicuos que podían dominar sobre la nación santa, que– daron presos de las tinieblas y encadenados por una larga no– che, encerrados bajo sus techos, excluídos de tu eterna provi– dencia. Ninguna fuerza de fuego era capaz de darles luz, ni la llama brillante de los astros podía iluminar aquella horrenda noche. Sólo sobre aquellos se extendía una densa noche, ima– gen de las tinieblas que a poco les aguardaban; pero ellos se eran para sí mismos más graves que las tinieblas" (171 y sigs.). Esta oscuridad que atenaza y desespera porque nace de la ausencia de Dios ,origen y razón de todas las cosas, es la que encontramos en el alma de esos filósofos existencialistas, que, cansados de vivir sin Dios, se rebelan y maldicen de todo cuan– to les rodea en el orden afectivo y social. "Todo es sin razón, sin causa y sin necesidad; la vida es una empresa frustrada des– de el principio hasta el fin; la vida en sociedad resulta insopor– table. Por eso, lucha y odio serán la respuesta; amistad y amor. son una ilusión." Así exclama Sartre. He aquí el resultado nihi– lista y escalofriante a que conduce esta filosofía del desastre. Y es que necesariamente ha de terminar así el hombre aban– donado en el torbellino cósmico, cuando la razón ha fracasado en su intento de buscar en vano el punto absoluto, el funda– mento seguro, sobre el que pueda edificar sólidamente la vida. No le queda a la filosofía otro camino que no sea el de la deses– peración, si no halla sus soluciones en Dios, en la eternidad, en la inmortalidad personal, repitiendo las palabras del Papa.

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