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300 EL MEXSAJE DE LA BIBLIA el de la desesperación y aniquilamiento total. La filosofía y la literatura son exponentes trágicos de la inquietud e infelicidad que tortura a los hombres de nuestra generación. "Nunca, qui– zá, ha pesado tan fuertemente el mundo en nuestra alma-afir– ma el cardenal Suhard-. Es verdad que en ciertos momentos todo parece negro. Esta tierra sin Dios, esta marea universal de pecados, estas amenazas continuas de suicidio colectivo, los gritos de miseria que suben por todas partes tienen algo de alucinante... " SÓLO EN DIOS ESTÁ LA DICHA AUTÉNTICA Enfrente de esta situación alarmante, las palabras de Tomás de Kempis, en el libro más universal después de la Biblia, sen– cillas, espontáneas, nacidas naturalmente de la verdad del cora– zón, se nos presentan orientadoras y sedantes: "Solamente en Dios, que consuela a los pobres y acoge a los pequeñuelos, pue– de el hombre encontrar el consuelo pleno y la paz perfecta. Sólo en Dios está la dicha auténtica y la felicidad.'.' Hablo del consuelo religioso de la Biblia, porque la Biblia es el libro de la. Providencia divina, el libro de la confianza en Dios, el libro para las horas de sufrimiento, el libro del opti– .mismo, el libro de la alegría, el libro que triunfa de la muerte. Todos estos son otros tantos apartados que intento desarrollar sucesivamente. La lectura de las grandes obras de literatura, sean premios Nobel o no, ofrecen un consuelo excelso, pero meramente na– tural. La palabra de Dios, llena de misericordia, debe llevar el consuelo, palabra divina, presencia eterna que emana del libro santo y cae gota a gota en el corazón como rocío suave y bien– hechor. Cuando en las horas amargas de Getsemaní, toda pala-
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