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P. CARLOS DE VJLLAPADIERNA duetos por el único puerto de Haifa. "Nuestro problema econó– mico es horrible-afirmaba recientemente un funcionario del Ministerio de Relaciones Culturales-, y solamente la ayuda de los judíos millonarios del extranjero puede sostener esta situa– ción difícil." Como consecuencia de esta crisis económica existe en el país un descontento que bien puede llamarse general. He podi– do hablar con judíos de todas las condiciones sociales, con ára– bes y europeos residentes en Israel, y la impresión común es que dos terceras partes de los judíos volverían contentos a su tierra de origen. Se sienten desengañados, desilusionados en esta tierra estéril, entre hombres de todos los colores; y de todo idio– ma. Solamente aquellos judíos que han sido perseguidos en país extraño, viven contentos, no porque les satisfaga la vida en Israel, sino porque nadie les molesta y pueden proclamarse abiertamente judíos sin que nadie les señale con el dedo. ASPECTO RELIGIOSO Y MORAL Dos preguntas nos proponemos al tratar de la religión en Israel: Primera. El estado de Israel, ¿es un estado religioso en su organización y en la vida de sus habitantes? Segunda. Acti– tud del Gobierno israelita para con las confesiones no hebreas. 1) Resulta difícil y complicado emitir un juicio preciso so– bre la religiosidad del Estado hebreo. En el seno de la comuni– dad judía existe una tendencia marcadamente religiosa, casi fa– nática, integrada por los judíos llamados "ortodoxos". En su mayor parte son judíos "autóctonos"; se distinguen fácilmente por el vestido singular: túnica larga y blanca, sombrero amplio de pieles, llevan barba, cabello rizado, "encaracolado" sobre la

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