BCCCAP00000000000000000000429
P. CARLOS DE VJLLAPADIERNA los socios dispone de una casilla numerada, donde encuentra su ropa lavada, reparada y planchada. No se hace distinción entre una ocupación y otra: todas son igualmente necesarias a los fines de la comunidad; por eso todos reciben idéntica co– mida, igual vestuario, habitación, etc. Las casas son individua– les para matrimonios o grupos de solteros del mismo sexo, aun– que siempre colectivas. La mujer trabaja nueve horas diarias, lo mismo que el ma– rido. Si trabaja en la fábrica, otros hombres o mujeres vestirán, alimentarán y educarán a los hijos, cocinarán y coserán la ropa de su marido. Los niños viven en pabellones aparte, según sus edades. Desde el momento en que la madre retorna de la Maternidad, su hijo entra a formar parte de la casa de los bebés. Durante este período, la madre está en constante contacto con su hijo, pues se le da un trabajo ligero que le deje tiempo libre. Ade– más, las madres pueden alimentar a sus propios hijos. Los pa– dres tienen acceso a todas las dependencias de los niños, sujetos normalmente a la disciplina del colegio; pero, excepto los días de fiesta, los hijos reciben visitas a última hora del día. La propiedad privada, si bien mínima, existe. Sus miembros tienen aparato de radio, vestuario, derecho a recibir regalos y disponen de una cantidad anual en metálico. En el quibbuts se hace también vida social. Se reciben visitas; se celebran los natalicios y aniversarios con pequeñas reuniones; frecuentemen– te son recibidos conferenciantes o artistas; se conmemoran las fiestas nacionales o creadas por tradición. La comunidad está regida por el Ase-fa (Asamblea gene– ral), formada por todos los miembros, que se reúne semanal– mente y vota a mano alzada, requiriéndose el _51 por 100 de los votos para dar curso a un proyecto. Al discutirse la admi– sión de un nuevo miembro, es necesaria mayoría de dos ter-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz