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EL MENSAJE DE LA BIBLIA clusiones básicas para salvaguardar la inerrancia bíblica : 1) Algunos libros que hasta ahora se han tenido como his– tórico~ «tal vez» pertenecen a un género literario no estricta– mente histórico, sino que son narraciones libres o midrasdhim. 2) Los libros históricos del Antiguo Testamento no contienen la verdad !histórica según la noción de !historia moderna, sino según la noción que de la historia tenían los antiguos. Intervención de la Comisión Bíblica.-El principai des– acierto del Padre Hummelauer fué el haber estah"ecido a priori los diversos géneros litierarios, es decir, que, en lugar de deducir los diversos tipos o formas de narrar de] estudio y análisis de la literatura antigua, los elaboró a la medida de sus necesidades. De aquí :que el Magisterio de la I,glesia se pusiese en guardia frente a la nueva teoría. La respuesta de la Comisión Bíblica, dada en 1909, establecía que, para afir– mar que los libros tenidos hasta ahora por históricos no son propiamente tales, había que probar con sólidos argumen– tos que su autor no había querido narrar una historia pro– piamente dicha, sino más bien, proponer otira cosa bajo la apariencia de historia. La misma Comisión Bíblica condenaba las audaces afir– maciones de ciertos escritores que negaban todo carácter histórico a los tres primuos 1 capítuios del Génesis. Benedicto XV, en la ((Spiritus Paraclitus» hace alusión a los -«que abusan de ciertos principios que serían rectos si se contuviesen dentro de determinados límites». Estos princi– pios son la 1Jeoría de los géneros literarios. La encíclica «Divino afflante SpiritH».-"El 30 de sepüem– bre de ,'I943 aparece la grandiosa y radiante encíclica <<Divi– no afflante Spiritu», que estremece gozosamente el corazón