BCCCAP00000000000000000000429

P. CARLOS DE VILLAPADIERN.A 1 73 textos aducidos en los manuales de Teología; obligan, so– bre todo, a considerar en su justo valor las decisiones del Magisterio de la Iglesia sobre interpretación de determina– dos textos bíblicos, según las palabras, precisas y diáfanas, de Pío XII en la Divino afflant,e Spiritu : « Y tengan en pri– mer lugar ante los ojos que en las normas y leyes dadas por la Iglesia se trata de. las cosas .de fe y costumbres., y que es lo mucho que en los Libros Sagrados : legales, históricos, sapienciales y proféticos, se contiene, son muy pocas las cosas cuyo sentido haya sido declarado por la autoridad de la Igle– sia, y no son tampoco más aquellas en que unánimemente convienen los Padres.» «Es, además, muy justo esperar que también nuestros tiempos puedan contribuir en algo a la interpretación más profunda y exacta de las Sagradas Letiras. Puesto que no pocas cosas, sobre todo en las concernientes a la historia, o apenas, o no suficientemente, fueron explicadas por los expo– sitores de los pasados siglos, toda vez que les faltaban casi todas las noticias necesarias para ilustrarlas mejor.>> «Cuán difíciles fuesen y casi innaccesibles algunas cuestiones para los mismos Padres, bien se echa de ver, por omitir otras co– sas, en aquellos esfuerzos que muchos de ellos repitieron para interpretar los primeros capítulos del Génesis, y, asi– mismo, por los repetñdos tanteos de San Jerónimo para tra– ducir los Salmos de tal manera, que se descubrie.se con clari– dad su sentido literal o expresado en las mismas palabras.>> Es innegable, pues, y la autoridad del Papa lo afirma contundentemente, que nuestra época posee, gracias a Dios, nuevos medios e instrumentos de exégesis. Se ha estudíaifo más a fondo 1a naturaleza y efectos de la inspiración y psi– cología del hagiógrafo ; se han explorado ávidamente los gé-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz