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P. CARLOS DE VILLAPADIERNA son las manifestaciones multiformes del espíritu humano. No hay manifestación espiritual que no esté impregnada de ins– piración bíblica ; la poesía, las artes plásticas, la filología, la filosofía, las mismas ciencias naturales, la historia, el de– recho, son de.udores a la Biblia de su desarrollo y su es– plendor. Ensalzando la be'lleza de ;a Biblia y su influencia en el campo cultural, de ningún modo decrece la eficacia re– ligiosa del contenido divino, sino, al contrario, se agiganta y refuerza. La atracción ejercida sobre los griegos cultos de los siglos II y III no era motivada solame.nte por la riqueza y va– riedad de contenido ni por la sublimidad de ideas, sino tam– bién por la belleza y elegancia de formas con que se manifes– taba y expresaba ese contenido doctrinal. Por eso también hoy la Biblia será más entrañablemente querida por el cristiano e inmensamente más vital para su es– píritu si sabe comprender la belleza artística que. encierra en sus páginas y su influjo en las demás creaciones del espíritu humano. Infliuncia de la literatura.-JLos poetas cumbres en la his– toria han bebido los mejoras temas de, sus composiciones en la Biblia. El inglés Milton, inspirándose en las narraciones del C,énesis, entregó a la Humanidad su inmortal obra del Pa– raíso perdido. Dante, sin el modelo de la poesía profética, no hubiese producido la maravilla de la Divina Comedia. Goe– the fué un lector asiduo de la Biblia, veneraba a los viejos profetas y en sus viajes 'llevaba consigo el libro de Isaías ; su léxico e imágenes sufrieron manifiestamente la influencia bí– blica. En España, desde Berceo a José María Pemán, toda la literatura está transida de profundo sentido bíblico. Gran par– te de sus argumentos, expresiones, comparaciones y metáfo-

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