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P. CARLOS DE VILLAPADIERNA 1 49 Santiago, San Pedro, San Judas y San Juan, hay un lióro misterioso y sublime a la vez, cuyo significado no ha sido plenamente esclarecido aún. El libro del Apocalipsis, libro cuyas visiones vigorosas han inspirado el genio de los poetas y de los pintores. Su valor auténtico se centra en la idea reli– giosa que desarrolla: «la tenacidad triunfante de los mártires en medio de las tribulaciones, sostenida por la esperanza de la visión próxima de Cristo». Destinado a ser un libro de consuelo para las comunida– des perseguidas, se ha convertido en libro de consuelo para la Iglesia de todos los tiempos y en sublime demostración de la promesa de Cristo : «Las puertas del infierno no preva– lecerán contra ella. «Expone el combate gigantesco, perpe– tuado a través de los siglos entre la luz y las tinieblas, la verdad y la mentira, entre Dios y Satán, combate que termi– na con la victoria espectacular de Dios. Es la lucha de todos los tiempos y de las horas actuales, el mal contra el bien, los hombres, esclavos de las tñnieblas, contra los hijos de la luz y de la verdad ... ¿De quien será el triunfo definitivo? Los cristianos no podemos dudar: al final la luz disipará y vence– rá a las tinieblas. Tal es el contenido de esta grandiosa filo– sofía de la historia.