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, EL MENSAJE DE LA BIBLIA ce sabiamente los destinos humanos en la complejidad de la historia universal. Así, aun hoy, este libro irradia el consue– lo sobre la vida inquieta y angustiada del hombre. El libro de lo's Salmos.-El libro de los Salmos, que to– dos los días rezan los sacerdotes y religiosos es el monumen– to más importante de la religiosidad del pueblo hebreo y la manifestación más diáfana y patente de su piedad eterna. Con razón, se le ha llamado el corazón del Antiguo Tes- tamento. En sus páginas doradas se compendian armonio– samente los sentimiento mejores de los Patriarcas, de los jueces, de los reyes y de las almas buenas del pueblo judío. La oración es su centro y la fuente de su fuerza. Hoy día, la luz de este libro venerado se proyecta aún maravillosa y cálida sobre el mundo; en todo tiempo, las plegarias del Sal– terio llaman a las puertas más íntimas del alma humana, ae– trás de las cuales están las profundidadse silenciosas donde se escucha la voz de Dios que mantiene en constante vigilia nuestros corazones. Libros de los Proverbios y del Eclesiástico.-Estos dos libros son una cantera inagotable de preceptos morales que recomiendan la práctica de la religión verdadera. Encontra– mos en ellos consejos luminosos para todas las circunstan– cias de la vida, fundados en la experiencia cotidiana de si– glos. Citamos a modo de ejemplo : «Pasé junto al campo del perezoso y junto a la viña del insensato. Y todo eran cardos y ortigas que habían cubierto su haz, y su albarrada estaba destruída. A su vista me puse a reflex10nar ; aquello fué para mí una lección. Un poco dormir, un poco cabecear, otro poco mano sobre mano, descansando, y sobreviene como correo la miseria, y como ladrón, la indigencia» (Pro-