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LA TENDENCIA EREMÍTICA EN LOS PRIMEROS CAPUCHINOS EN ESPAÑA 307 La Biografía hispano-capuchina del cardenal Vives i Tutó 'º reseña las vidas de 276 capuchinos fallecidos antes de 1634, por tanto de la primera o dos primeras generaciones, y se diría calcada en las Bio– grafías escritas por el padre Bernardino de Colpetrazzo, el apologista de la primera generación de los capuchinos italianos.41 Aunque cor– tadas por un mismo patrón hagiográfico -de todos los biografiados se resalta casi con idénticas frases el espíritu de oración, el silencio, la austeridad, la pobreza-, estas biografías constituyen un monumen– to impresionante de lo que fue la vida de las dos primeras generacio– nes capuchinas españolas. Espigaremos algunos datos. En los españoles que pasaron a Italia a vestir el hábito capuchino se ve aflorar la carga temperamental mística de nuestro Siglo de Oro. Un fray Antonio de España (t 1542), orando en el bosque del con– vento de Larino (Campobasso), recibió la revelación de la inminente apostasía de Bernardina Ochino: 12 El extático y mártir padre Juan Zuazo de Medina del Campo (t 1551) solía retirarse a las cuevas del bosque o en la celda hasta la hora de comer.4 3 Fray Nicolás Español (t 1581), excomandante general de las galeras de Sicilia, acostum– braba retirarse al bosque para orar con grandes suspiros y gemidos.' 4 El célebre padre Alonso Lobo de Medinasidonia (t 1593), venido de los descalzos, habitó por un año en una celda solitaria o cueva del monte del convento de Fossombrone.4 5 El padre Pacífico de Castilla (t 1599) fue de tal retiro y recogimiento que nadie se acordaba de haberle visto salir del convento.4 5 El atavismo contemplativo lo vemos en tantos otros que vivieron ya en España. El padre José de Rocabertí de Barcelona (t 1584), el apóstol de las Cuarenta Horas y venido de la observancia, cuando es– taba en el convento de Montecalvario «apenas salía de la celda, no de otra manera que si hubiese hecho pacto con la soledad».47 El padre 40. Sobre el valor y revisión de esta obra cf. Basilio de Rubí, La «Biografía hispano– capuchina» del cardenal Vives y Tut6», en «Est.Franc.» 60 (1959), 367-410. 41. Bernardinus a Colpetrazzo, Historia Ordinis Fratrum .Minorum Capuccinorum. Liber II. Biographüe selectte (Monumenta historica Ordinis Minorum Capuccinorum, III). Assisi 1940. 42. Cf. Zacharias Boverio de Saluzzo, Annalíum seu sacrarum historiarum Ordínís .Mino– rum S. Francisci qui Capucini nunrnpantur tomus primus, Lyon 1632, 315, n. 29; Biografía hispano-capuchina, 129 s. 43. Cf. .Monttmenta historica Ordinís .Minorum Capuccinorum I, 457; II, 220; III, 293 s.; VI, 141; VII, 357 s. De advertir que el Fr. Juan Español de la Biografía hispano-capuchina, 130, es el mismo P. Juan Zuazo, 131-151. 44. Biografía hispano-capuchina, 153 s. 45. o. c., 67-79. 46. o. c., 122. 47. o. c., 8-15 (11). 11

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