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:sólo a los novicios, sino también a las personas que :se confesaban con él. En el 'noviciado tenía sumo ,cuidado en que los jóvenes novicios se preparasen para las principales festividades de la Señora con fervorosas novenas a las que él asistía coc espe– cial fervor. Lo mismo hacía con las que se cele– braban en la iglesia para los fieles. Suya fue la idea del camarín de la Inmaculada en el altar ma– .yor, del altar de la capilla del noviciado y hasta el invernadero quiso que estuviera prrnidido por la que es llamada con justicia por la Jglee.ia "Rosa mística". En ·el mes de mayo se desvivía 1nm que •el altar de la Virgen estuviera siempre adornado, para lo cual algunas personas bienhechoras le re– galaban t1ores que él recibía con agrndecimiento y emoción, encargándose él mismo de hacer los _floreros y colocarlos en el altar. A sus dirigido.e; les hablaba frecuenteme;1te de 1a devoción a la SaLtísima Virgen y procurnha ha– ,cerles sentir la eficacia de esta devoción en la san– tifkación y adelanto espiritual del alma: "Siempre me hablaba de la Virgen", ssegura uno de sus dirigidos más asiduos, el excelentísimo se– ñor Duque de la Victoria. ,Cuando llegaron a sus manos los escritos de la Rvda. Madre Angeles Sorazu, fue para él ur.a ver– dadera alegría al poder comprobar por sí mismo la gran importancia que esta escritora mística da a la devoción' ele la Santísima Virgen. para cami– nar por los sublimes y difíciles caminos de la mís– tica.

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