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Cuando hablaba de Jesucristo decía siempre "el :Buen Jesús". Los que fuimos sus novicios recor– ,damos perfectamente la mezcla de dulzura y de respeto cor., que pronunciaba este tierno apelativo. Y es que su alma goz.aba con sólo pronunciar el nombre de Jesús. La devoción a la Eucaristía le recomendaba in– .sistentemente a los novicios y si bien, por razón de disciplina los novicios r:.o podían quedorse en la iglesia una vez terminadas las oraciones de la no– •.che con la Comunidad, como lo hacian los demás religiosos, con todo les aconsejaba que cuando fue– ran a los Colegios Mayores y, aun durai:te toda su -vida, no dejasen de pasar al menos unos momentos, :a los pies del Sagrario, antes ele acostarse. Decía que esos momentos eran especialm,ente elegidos por el Señor para comunicar a las almas gracias ,especiales y añadía que los religiosos más fervo– rosos lo solían hacer. Con su devoción a la Eucaristía iba unida la de ]a Pasión del Señor. Esta encajaba perfectamede ,en su espíritu austero y mortificado. En la disciplina se distinguían de una manera es– pecial los golpes con que se flagelaba, fortísimos y acompasados. Muchos religiosos recuerdan haberle oído disciplinarse en su celda, a veces por espacio •de más ele un cuarto de hora, y er~ tiempo de Cua– resma solía hacerlo varias veces al día. En la Semana Santa no se contentaba con la dis– .ciplina diaria de Comunidad, sino que él añadía

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