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1 ¡ El P. Diego fué un auténtico enamorado de su -vocación de capuchino. No sabemos si la decisión por nuestra Orden fué el considerarla más en con– formidad con su carácter enérgico y amable al mismo tiempo, o si tuvo algún contacto personal con algunos de los padres de nuestro convento de León que frecuentaban en sus correrías apostóli– ,cas la diócesis de Astorga; lo cierto Es que, desde .el primer momento de su entrada en la Orden en– cajó perfectamente en nuestro espíritu, como lo demuestra el que, apenas hecha su profesión solem– ne, ya los Superiores se fijaron en él para enco– mendarle la delicada misión de formar a los no– vicios. Por espacio de 32 años estuvo al frente rle ellos y con tenacidad insuperable supo influir en Que en once de febrero de m11 ochocientos noventa y nueve fue nombrado Coadjutor de la parroquia de Benavides de Or– bigo cuyo cargo clesempeñaba últimamente. Que tiene licencias para confesar personas de ambos se,xos, celebrar 'y r,redicar, y finalmente atestamos y certifi!Camos que,, ,€! enunciado D. José Germán Núñez Vega es sacerdote da buena vida, fama y costumbres, y que no está, que sepamo~, sujeto a censura o impedimento canónico alguno. En fe de lo cual libramos las presentes letras, firmadas por Nos, selladas con el escudo mayor de nuestras armas episc,1- pales y refrendadas por el infrascrito Secretario de Cámara ,Y Gcbierno, en,Astorg8, a quince de en8ro de mil novecientos uno~ · t Vicente, Obispo de Astorga. Por mandato de S. E. Ilma. Dr. Agustín Prí de Llano. 12