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desapareció hace muchos años a consecuencia de una crecida del río Sil y más tarde ha sido anegado por completo, junto con el pueblo de Posada del Río, bajo las aguas del Pantano de Bárcena del Río. Hoy, lJ0r tanto, del famoso molino, testigo de los pri– meros años del P. Diego, no queda ni rastro. Desde muy pequeño parece ser que el P. Diego ya sintió la inclinación al estado saC'erdotal, y sus paisanos dicen que "ya desde niño era un sa:ito". Esta frase tiene hoy para nosotros el valor de una profecía. La infancia, pues, del P. Diego no fué, ha– blando en general, como la de los demás niños de su tiempo, sino algo extraordinaria, por lo menos para los que le trataron de cerca. Y no debe de ex– trañarnos que así fuera, pues se ve que el Señor le tenía elegido para hacer de él un modelo de vir– tudes. Mucho constribuyó, sin duda, a labrar la espiritua– lidad del P. Diego la vida religiosa que siempre ob– servó en casa. Su padre estudió en el seminario ele Astorga hasta cuarto de latín, sin que sepamos la razón de aban– donar la carrera eclesiástica. Estos años de semina– rio influyeron en toda su vida y supo transmitir a sus hijos el ejemplo de una piedad auténtica y firme. "Mis abuelos-son palabras del Excmo. Sr. don José-Germán Jáñez Núñez, actual Vicario General y Provisor del Obispado de GuadiX, a quien damos las gracias por los preciosos elatos que nos ha dado de la vida de familia ele su tío¡ el P. Diego-fueron almas selectas. Cuando le conocí a mi abuelo Plá– cido, era una figura verdaderamente venerable y 6

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