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138 ISIDORO DE VILLAPADIERNA tación de la industria de la lana y del cuero, así como la producción de la miel en las Alcarrias, eran los dos principales recursos económicos de Castilla, pero en beneficio casi exclusivo de los nobles y de las tres Ordenes militares. Se formó una amplia socie– dad castellana, una clase social desarraigada de las tierras, pero viviendo a costa de ellas. Este desarrollo de la propiedad latifun– dista y explotadora impidió la formación y evolución de un tipo de campesinos acomodados y oprimía intolerablemente a los labra– dores, dando ocasión para levantamientos, como el de los herman– dinos de Galicia (1467-69), rebelión social de labriegos o villanos contra los nobles 38 • El humus social, donde podían radicar los terciarios, estaba seriamente comprometido y coartados su acción o influjo en la sociedad. Una última prueba o indicio de la existencia de la Tercera Orden en Castilla los podemos también colegir de las manifesta– ciones de su espiritualidad. Concretamente se ha querido vincular a la Tercera Orden las cofradías de disciplinantes o de penitencia de la Vera Cruz, radicadas algunas de ellas en conventos francisca– nos, como la de Sevilla en la iglesia de S. Francisco y fundada en 1448, y acaso también la de Toledo erigida hacia 1480. Muy probablemente estaban alimentadas por terciarios franciscanos, pero la vinculación de estas cofradías a la Orden franciscana, concedida por carta de hermandad en el siglo XVI, era espiritual, no de derecho ni jerárquica 39 • 38 Sobre la política, economía y sociología de la España del siglo XV véase la Historia de Espaiía dirigida por Ramón Menéndez Pidal: tomo XV, Los Trastáma– ras de Castilla y Aragón en el siglo XV, Madrid 1970; tomo XVII/1-2, La Espaiía de los Reyes Católicos (1474-1516), Madrid 1969. 39 Cf. J. Meseguer Fernández, Las Cofradías de la Vera Cruz. Documentos y notas para st1 historia, en Arch. Ib.Amer. II ép. 28 (1968) 199-213. - Ya en este tema de las relaciones entre la primera y tercera Orden franciscana o del influjo de los franciscanos en los terciarios, se podría investigar el posible envolvimiento de algunos de éstos en el único caso heterodoxo de origen franciscano que encon– tramos en el reino de Castilla: la secta de los herejes de Durango, amalgama de priscilianismo, joaquinismo, Libre Espíritu y fraticelismo, en pleno siglo XV (1442- 1460). Autor y propagador de la secta fue el observante fray Alfonso (o Alonso) de Zamora o de Mella, quien hizo un verdadero estrago entre el elemento femenino de Vizcaya, donde radicaban varios beaterios de terciarias sujetos a visitadores de la Observancia (cf. BF n.s. I, 313 n. 665). El beaterio de Durango parece haber

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