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LA TERCERA ORDEN FRANCISCANA DE 137 de la Tercera Orden: las cofradías de caridad para el serv1c10 de las víctimas de la guerra contra los moros. La más antigua, la de S. Luis, radicada en el convento de S. Francisco de Jaén, fue fundada en 1431, y se servía de terciarios y terciarias; su finalidad era recoger en los campos de batalla las bajas de caballeros y nobles, traerles al convento, dar sepultura a los caídos en la capilla de S. Luis y curar los heridos. Idénticas cofradías se fundaron en Córdoba y en Baeza en 1444 para la asistencia no ya de nobles y caballeros, sino de los simples soldados, heridos y mu– tilados 36 • Fuera del teatro de la guerra nos es conocida la cofradía de caridad de Toledo, que desde su principío guardó la regla de S. Francisco, viviendo en estrecha pobreza y con solo las limosnas de los fieles. El 27 de mayo de 1475 Sixto IV concedía a esta cofradía, compuesta por 200 miembros, varias gradas espirituales para alentarlos en su vida tan abnegada. En la bula se consignan extensamente las varias obras de caridad de la cofradía: alimento y colocación de huérfanos nacidos de legítimo matrimonio; visita a los encarcelados, a quienes se proporcionaba alimentos, limosnas, capellán, médico y cirujano, agua, lavado de ropa y equipo de cama; asistencia a los pobres tanto públicos como vergonzantes con alimentos y vestidos; liberación de presos por deudas, que pagaban los cofrades; sepultura cristiana y sufragios para los pobres, los ajusticiados y los ahogados. Esta vastísima actividad caritativa se realizaba no solo en la dudad sino también en los alrededores hasta tres leguas de distancia 37 • Estas instituciones, y tantas otras que desconocemos, eran altamente meritorias y heroicas si tenemos en cuenta que la de– presión económica fue una constante de la España de los Trastá– maras. La peste y la mortalidad en el siglo XIV, seguidas por el abandono de los cultivos y de las industrias, enlazaron seguida– mente con la miseria y el hambre en el círculo infernal de la despoblación y de la inflación. La mesta o ganadería con la explo- 36 Cf. G. Rubio, La Custodia franciscana de Sevilla. Ensayo histórico sobre sus orígenes, progresos y vicisitudes (1220-1499), Sevilla 1953, 669-671. 37 BF n.s. III, 335-337 n. 725. Cf. Arch. Ib.Amer. 3 (1943) 119s.