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IN MEMORIAM: P. GERMÁN ZAMORA 355 pero por efecto sin duda del trauma sufrido en el accidente, no se sintió con fuerzas para desempeñar debidamente su cometido, y presen– tó la renuncia que fue aceptada en noviembre. Entretanto había solicita– do del P. General pasar al Instituto Histórico de la Orden en Roma, donde pudiera con mayor tranquilidad física y eficiencia intelectual de– dicarse a la investigación y al cultivo de sus "aficiones" científicas y literarias . El P. General que le conocía personalmente y apreciaba los servicios prestados a la provincia, especialmente como vicario y como· ministro provincial, accedió gustoso después de haber recibido el voto favorable de los miembros del Instituto. El período romano El P. Germán llegó a nuestro Instituto el 11 de marzo de 1979, y fue en seguida asignado al consejo de redacción de la revista Collecta– ne¡2 franciscana , en la que comenzó a colaborar ese mismo año con tra– bajos y recensiones . Pero una vez más hizo su aparición la némesis de las carreteras . Volviendo del aeropuerto de Fiumicino la tarde del 24 de enero de 1980, al regreso precisamente de un viaje a Madrid para la revisión de los desperfectos físicos del accidente de Puerto Lápi– ce, el coche del Instituto derrapó espectacularmente, desintegrándose en la cuneta. Los tres ocupantes resultaron milagrosamente ilesos, excepto, como siempre, el P. Germán, que además de contusiones y cortaduras, salió con algunas costillas rotas, que no necesitaron hospitalización. Superado este tercer accidente - "a la tercera va la vencida" , dice el refrán español -, sin más miedos ni aprensiones se metió de lleno en las tareas y obligaciones que le fueron asignadas. Esta época romana fue pródiga en realizaciones. El 8 de mayo de 1981 defendió, por fin, su bien elaborada tesis doctoral, presentada a la Universidad Gregoriana con el título Francisco de Villalpando (1740-1797), O.F.M.Cap. , introductor oficial de la filosofía moderna en España. Obtuvo "summa cum laude" y la medalla de oro de Juan Pablo II. La tesis, de nuevo perfeccionada y refinada, será publicada en 1989. En 1982 fue nombrado vicedirector de la revista, el 4 de enero de 1984 vicepresidente del Instituto, y el 30 de enero de 1987, presi– dente del mismo. Por su disponibilidad y su capacidad especialmente lingüística, fue requerido con frecuencia por la Curia general y sus orga– nismos para prestar determinados servicios, entre ellos el de traductor

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