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354 ISIDORO DE VILLAPADIERNA del diálogo, él, con su definitorio, ya en el mes de agosto decidió la fundación de un nuevo boletín interno, que conservara la esponta– neidad del anterior "Diálogo franciscano", pero libre de cualquier acen– to polémico. El nuevo boletín, llamado "Flash", aún existente, favore– cía la intercomunicación entre las fraternidades de la provincia y agiliza– ba la información sobre la vida de la provincia y de la Orden. No se le ocultaba al nuevo provincial la amargura de quienes veían con desconfianza el nuevo rumbo del cambio. Para ellos, especialmente, redactó su primera felicitación de Navidad, deseando a todos paz y alegría, "en especial para aquellos hermanos nuestros que, por cualquier causa, pudieran ver ensombrecido este gozo santo de la venida de Cristo". No nos detendremos a especificar las iniciativas que realizó en su trienio 1975-78. Sólo queremos recordar que a él le correspondió el honor y la satisfacción de convocar y celebrar el tan ansiado capítulo provincial extraordinario los días 4 a 9 de julio de 1977 en El Pardo. Cuidadosamente preparado, sus temas fueron la vida fraterna franciscana de la provincia y la formación en sus varias etapas y aspectos. El desa– rrollo y éxito del capítulo hicieron patentes que el esfuerzo de mentali– zación realizada desde los tiempos del "Diálogo franciscano" no fue en vano, llegándose por fin a la desaparición de tensiones contrapuestas en la vida de la provincia. La satisfacción general de los vocales del nuevo capítulo provincial ordinario, celebrado en El Pardo (Madrid) los días 26-28 de junio de 1978, se manifestó a la hora de la elección del ministro provincial: en los cuatro escrutinios realizados, el P. Ger– mán obtuvo 21 votos indefectibles contra los 23 definitivos de su suce– sor. Naturalmente, no se trató de una batalla electoral perdida por uno y ganada por el otro; el verdadero encontronazo de ambos sucedió días después, el 7 de julio, cuando regresando de una visita a la fraternidad de Manzanares, a la altura de Puerto Lápice, el coche, conducido por el nuevo provincial, fue envuelto en una violenta colisión de vehículos. También en este accidente se llevó la peor parte el P. Germán. Casi dado por muerto por los primeros socorredores, fue ingresado en el hos– pital de Manzanares y sometido a una complicada operación del fémur. En agosto, cuando convalecía junto con el provincial en El Pardo, fue nombrado por la definición vicario conventual de Salamanca, direc– tor del Colegio mayor y profesor en el instituto filosófico-teológico "Gau– dium et spes" de Salamanca, donde los estudiantes de la provincia seguían los cursos de la carrera eclesiástica. En principio aceptó por obediencia,

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