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IN MEMORIAM: P. GERMÁN ZAMORA 353 Marta con los cargos, además, de vicario conventual, profesor, director de "Naturaleza y Gracia" y responsable de la formación de los herma– nos no clérigos. Tuvo también que ocuparse activamente de la traslación del Colegio de teología de León con su biblioteca, y de la preparación de los planos y activación de las obras que se habían de realizar junto al viejo convento de Salamanca, en vistas de un próximo traslado del Colegio mayor de teología y filosofía a la ciudad. Entretanto "Diálogo franciscano" seguía su campaña de sensibiliza– ción por un capítulo provincial extraordinario que pusiera fin a las ten– siones de la provincia e hiciera efectiva la adecuada renovación. Se logró organizar una asamblea preliminar, que se denominó sencillamente "En– cuentro" y se celebró en Los Negrales (Madrid) los días 15-19 de abril de 1974. El encuentro, que debía ser fraternal y constructivo, agudizó las contrapuestas opiniones y tendencias en materia del cambio y de la pluriformidad, y se disolvió en olor de fracaso, llevando también el disenso al seno mismo del definitorio. Por renuncia del vicario provin– cial a su cargo, éste fue asignado al P. Germán por el definitorio gene– ral, tras el voto del definitorio provincial, el 6 de julio. El 15 del mismo mes fue nombrado superior de la comunidad del convento de Salamanca, al que se acababa de integrar la fraternidad y colegio de Santa Marta. Había entrado de lleno en el ajetreo de la vida de una provincia en cambio. Sus viajes de Salamanca a Madrid se hicieron necesarios y frecuentes; en uno de ellos, el 24 de abril de 1975, cerca ya de la capital, volcó el autobús, y el P. Germán llevó la peor parte del accidente. En estado inconsciente fue internado en el Clínico de Ma– drid, encontrándosele varias vértebras aplastadas. El tratamiento y per– manencia en el hospital duró los meses de mayo y junio. Aún convaleciente, se presentó en el capítulo provincial, y, al primer escruti– nio, y casi por unanimidad, el 23 de julio fue elegido ministro provin– cial (48 votos de 53 votantes) . Fue un verdadero plebiscito en favor del maltrecho P. Germán, en quien la provincia ponía todas sus espe– ranzas de una eficaz e iluminada renovación. Así lo captó y aceptó él. El programa de su trienio fue precisamente la reconciliación en la unidad y en la pluriformidad, asignando para ello a la formación una atención prioritaria. El P. Germán era un opt1m1sta que creía sinceramente en la bon– dad del hombre y en su sentido del deber. Para aunar los esfuerzos individuales y para preconizar los valores de la vida fraterna , a través

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