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306 ISIDORO AGUDO DE VILLAPADIERNA Con la publicación del Floreto en 1492 se fijaba definitivamente la imagen de S. Francisco y se facilitaba su comprensión y difusión entre los frailes y, a través de estos, en el pueblo. Gracias igualmente a la imprenta, también los escritos de S. Francisco podían ser más accesibles especialmente a los frailes. En 1506 se imprimían en Salamanca los Monumenta Ordinis Minorum, reimpresos luego en 1509 en Rouen y de nuevo, en segunda edición, en Salamanca en 1511. Además de vario material jurídico, contenían 9 escritos de S. Francisco, entre ellos la Regla bulada y la no bulada, el Testamento, la exposición del Pater noster, las exhortaciones, las cartas al ca– pítulo y a los fieles 64 • Cabría esperar de los observantes del siglo XV, ya fueran de la Observancia oficial o de las reformas autónomas, una difusión por escrito de la imagen del S. Francisco espiritual y contemplativo cuya forma de vida tanto se esforzaban en imitar. Pero ningún tratado nos ha llegado de sus manos 65 • De hecho los observantes españoles del siglo XV se preocuparon más de vivir el ideal franciscano que de escribir sobre él y sobre S. Francisco. Incluso parece que descuidaron, en su afán por la vida retirada y contemplativa del tipo Porciúncula, el cultivo de la Tercera Orden secular, núcleo principal de los devotos del Santo en el pueblo español. De todos modos la imagen popular del Santo de Asís no habría de sufrir variaciones: era, y continuaría siendo siempre, el prodigio viviente de un santo que llevaba en su cuerpo las señales de Cristo crucificado. Por otra parte, el apartamiento, al menos inicial, de las Observancias españolas de las vicisitudes del pueblo que las rodeaba y sustentaba, no entrañó tampoco una disminución en el culto del pueblo a S. Francisco. El afecto y aceptación que la sociedad española dispensó a la renovada Orden franciscana, se vertía igualmente sobre el Santo Fundador, el pobrecillo y humilde a cuya imagen y forma de vida se conformaban los observantes más que los frailes de los S. Pedro de Alcántara en el IV centenario de SIi muerte, publicado en Arch. Ib.– Amer. 22 (1962). 64 Cf. J.-X. Lalo, Les recueils des sources juridiques /ranciscaines (1502-1535). Description et analyse, en Arch. Franc. Hist. 73 (1980) 272-314. 65 Aunque los documentos legislativos, polémicos y normativo-espirituales de la reforma villacreciana estén llenos de referencias a las fuentes franciscanas y al mismo S. Francisco, falta sin embargo en estos y otros escritos de fray Pedro de Villacreces y de fray Lope de Salazar (cf. Arch. Ib.-Amer. 34 [1974] 326-334) un perfil preciso de S. Francisco y una exposición orgánica de su espiritualidad o de algunos aspectos de ella.

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