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No bajaron los ángeles de su pétrea peana; eran niñas mocosas, de polvo y sol, descalzas, ángeles del suburbio, risueñas, descarad3,s, inocentes. Pregunto a Dios si así es la gracia ... Y al tirar por los aires vestiditos y bragas, enhebraron poesfa a la soberbia plaza. Los mascarones graves, demoniejos o gárgolas, asustaron sus ojos iüh la limpia algazara de risas, carne, trenzas, sorbeteos.. ! iOh el agua! La ley es el caler, pues de cabeza: ial agua! que la manda la Virgen y no hay baño en la casa. Yo contemplé h escena y vi al niño de Sar.ta María de la Fuente querer tirarse al agua, a jugar desnudito con a9u_ell~s rapazas que m s1qmera eran niñas, sino "ángelss" silvestres, suburba~es, inicialmente castas. 31