BCCCAP00000000000000000000413

III ".. .Señor, no me abandones · a la hora de mi vejez" (Sal. 71,9) tú que a hombros llevaste, casi en vilo, el ancho campo, el cielo y el sendero, -tal vez el mar, tal vez el mundo entero– le tienes miedo a una palabra, iasilo! Apuró tu pupila el tenue hilo del alba y del ocaso. Pregonero de la luz, la distancia y el lucero, no te asustó del sufrimiento el filo. Tú nunca amaste el mundo entre cristales, "residencias", olor ambientador, sin árboles de Dios, con enfermeras ... El aire limpio te bañó a raudales, - iTuya la creación y el Creador..!– i y así te vieron muchas primaveras! 155

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz