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4. O. ScHMUCKI, Spiritus orationis et actionis tllunanae com– positio ad mentem S. Francisci Assisiensis, pp. 376-403. No podía faltar un buen trabajo sobre la oración co– mo relación directa con Dios. Asume el puesto principal en la valoración ele lu vida franciscana. Para Francisco es la fuente primaría que ilumina necesariamente toda otra actividad. La oración en el pensamiento de San Francisco penetra y preside y proporciona la eficacia a la actividad pastoral de sus frailes. Sin ella no tiene sentido. 5. ÜPTATO VAN AssELDONK, Lo spiritu del Signure a la siw san– ta operazione ncgli scritti di Francesco, pp. 133-195. Analiza la función operativa del Espíritu del Sefior Je– sucristo, limitándolo a tres puntos: a) en nuestra vida tri– nitaria, viviendo como hi.ios del Padre, como esposos del Espíritu Santo y «hermanos-madres» de Jesucristo; b) en la vida eucarística, fuertemente resaltada por San Francis– co; c) en la obediencia caritativa al Espíritu como ,·erda– deros hermanos «menores». 6. A. ROTZETTER, Gott i11 der Vcrkii11dig1111g des Fra11z. 1•011 As– sisi, pp. 40-76. Torna como base el modelo de la «cxhortatio el lm1s» presente en 1a Regla no bul::ida y busca textos paralelos en los otros escritos. Y así halla que muchos textos en el 11rin– cipio de la experiencia franciscana <leben haber servido como «prédica». Hay una especie de kerigma, de anuncio divino soteriológico: Dios es omnipotente y bueno, crea– dor de todo y de todos; por eso servidle, alabadle y cladle gracias. Hac~d penitencia, es decir, reconocedlo como Juez y Sefior. La prédica termina con la exaltación del Dios glo– rioso, amable y deseable, bueno; un Dios Padre e Hijo y Espíritu S::mto· que quiere la salvación ele todos. 7. il·l. EGGER, "Vcrb11111 in corde cor ad Deum". Analvse une! Interpretation von RegNB XXII, pp. 286-311. Como biblista hecha mano del método lingüístico para clc– termi nar el género literario del c. XXII ele la Regla NB. Más que un testanwnto es una exhortación a no apartarse del punto central de su \·ocación: Dios presente en todas las dimensiones de la vicla: terna que se halla también en las dos Cartas a los Fieles, pero aquí como admonición. 137