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174 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA meritorio-, sino a recrearlo. A alumbrar su vivo manadero, en gran parte soterraño. Y esto es filología viva, amor de habla, y no exclusiva– mente erudita investigación de seminario técnico, que no es, a lo sumo, sino una indispensable -que no podemos ni debemos dispensarnos de ella- preparación para lo otro. Como es la crítica preparación para la poética, la comprensión camino de creación» 4 • Esta es la lección consciente y madura que Unamuno deja en legado a sus alumnos. Durante 43 años, desde 1891 había venido enseñando Lengua y Literatura, primero griega; después, desde 1900, también espa– ñola. Mas ya antes había hecho tema preferido de su vida intelectual el lenguaje, al elegir este tema para su tesis doctoral: Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca. Defiende esta su tesis el 20 de junio de 1884, antes de cumplir los 20 años. Está demás advertir que el tema de la raza vasca lo abordó casi exclusivamente desde la lengua vasca. Le incitó a ello el gran filólogo alemán G. Humboldt, tan conocido en los ambientes de cultura superior por haber organizado la Universidad de Berlín en los mismos días del triunfo de Napoleón sobre Prusia. He aquí como Unamuno enmarca la obra de Humboldt dentro de la historia de los estudios sobre la lengua vasca: «Todos estos Clos investigadores de la lengua vasca: Larramendi, Astarfoa, Moguel, etc.. J eran como rapsodas cuyos trabajos había de recoger en lo que tenían de más científico y fundado el filólogo alemán Guillermo de Humboldt. Desde la publicación de la obra de Humboldt arranca una nueva edad de los estudios euskáricos. Humboldt llamó la atención del mundo sabio hacia este curioso monumento ... con la publicación de una obra en que recogió y ordenó lo más selecto que habían producido los eukaristas vascongados y singularmente Astarfoa. Como el mismo título de su obra lo indica, no era este un trabajo dogmático, sino crítico, un examen o comprobación (Prüfung) de las investigaciones ya trabajadas» s. No puede entrar en nuestro plan valorar la aportación de Unamuno al tema de la lengua vasca. Pero sí anotar que durante medio siglo fue el lenguaje una de sus máximas preocupaciones mentales. Es obvia en– tonces la pregunta: ¿Qué pensó sobre filosofía del lenguaje? ¿Cuál fue su evolución en sus largas reflexiones sobre el mismo? He aquí fo que en estas páginas quisiéramos, no aclarar, sino más bien contribuir a su aclaración. Tomo como esquema de referencia de esta mi propuesta aclarativa el capítulo en el que E. Cassirer expone la historia de la filosofía del len– guaje en su obra: Filosofía de las formas simbólicas. De este sustancioso capítulo nos interesa tan sólo lo referente al siglo XIX. Pero esto en grado sumo. Pues nos parece reflejado, en lo que este capítulo se escribe de dicho siglo, el pensamiento lingüístico de M. de Unamuno en no pequeña parte. Dos hombres merecen especial atención de E. Cassirer en el siglo XIX: G. Humboldt y A. Schleicfüer. Ambos son citados por Unamuno en su 4 'Discurso leído.. .', cit., pp. 448-49. 5 'Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca', Obras Completas, IV, p. 94.

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