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186 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA JUICIO: «Si no es seguro que (San Francisco) hiciera versos (sea o no suyo el himno de Frate Solel, fue al menos soberano poeta en todos los actos de su vida y en aquel simpático y penetrante amor suyo a la na– turaleza» 4 5 • Llegados aquí en nuestro razonamiento y ante la imposibilidad de poderlo desarrollar más ampliamente. resumidos el pensamiento de M. de Unamuno sobre el poeta creador, recopiando un pequeño poema suyo, en el que la exaltación de la palabra se da la mano con la ,exal– tación del poeta. He aquí el poema mentado al que titula, con membranza bíblica de la primera hora: Fiat lux: «SEA luz!», dijo; no: sea palabra! la palabra, pues crea, es creadora, no creación; el poeta, palabra, crea luz, la luz le crea... » 1s. En esta mutua interacción de la palabra y el poeta vemos la síntesis de lo mejor que Unamuno escribió sobre tan bellos y profundos temas. --O- Si recuerda el lector el citado elogio de la Palabra que Unamuno pronunció en su última lección académica, al despedirse de su labor docente, advertirá de seguro que aquellos elogios a la palabra y a la lengua, e igualmente al poeta que se halla detrás de ellas como su mejor intérprete, fueron el canto último y más vibrante de una convicción que llevó a lo largo de su vida. Con esto de señalar; que si en los primeros años de profesorado la palaibra y la lengua las estudia bajo determinantes naturalistas, su espíritu avizor, poco a poco, se va desprendiendo del ligamen que lo ataba al naturalismo spenceriano de sus primeros años de profesor, hasta lograr ascender a la altiplanicie de los espíritu crea– dores en la que cotnempla al poeta, que vive allí como endiosado morador. ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 45 M. Menéndez Pelayo, Estudios y discursos de critica hi-Stórica y literaria [Santander 1941l II, p. 87 (~d. Nac. t. 7l. 46 'Poesía', Obras Completas, VI, p. 1189.