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oral, en el periodo que se llamaba cater:umenado, hasta que se preparaban suficiente y gradualmente a recibir el bautismo en tiempos determinados. No faltaron tratados que contenían la doctrina cristiana como la Didajé, las célebras catequesis de S. Cirillo de Jerusalén, Oratio catechetica magna de S. Gregorio Niseno, De catechizandis rudibus de S. ~,\ugustín, pasando después por toda la organización edesiástico-litúrgica del catecumenado hasta llegar a la Disputatio puerorurn atribuida a Alcuino, ·que señala el paso de la cate– quesis de preparación del bautismo a la instrucción catequética post bapti– mum 25. Cuando la Iglesia se va extendiendo y hay necesidad de administrar el bautismo a las nuevas masas convertidas fué necesario enseñar la doctrina cristiana a multitud de niños y adultos, que no estaban suficientemente im, 0 truídos, después del bautismo. De acquí que ya desde principios de la Edad Media se usan pequeños manuales con el fin de dar adecuada instrucción. Esa práctica se ve realizada entre los germanos y anglosajones 26 • S. Beda el Venerable recomienda a Egbert, obispo de York, que esta– olezca en los pueblos que administren los sacramentos y enseñen la doctrina cristiana, explicándoles en lengua propria el símbolo de los apóstoles y la oración dominical n. Lo mismo se manda en el sinodo de Cloveshor 28 • En el concilio de Francfort (a. 794) se exige que todos conozcan el símbolo de los apóstoles y oración dominical 29 • S. Paulino, Patriarca de Aquilea, lo impone en concilio del Friuli (a. 796). Carlomagno da normas sobre la instrucción del catecismo e instrucción <le los catecúmenos 29 • Para la instrucción religiosa se crean también escuelas de niños. Es célebre el libro llamado Disputatío fmeronmz per i11terrogatio11es et resjJOnsiones que algunos a tribuyen a Alcuino ªº. Trata en los capítulos la obra de la creación: ele Dios, ele los ángeles y del hombre, del A. y N. Testamento, <le la Iglesia, ele los Sacramentos con dos exposiciones: una del símbolo de los Apóstoles, otra de la oración dominical en forma dialogada. Esta obra constituyó la catequesis normal del siglo XI al XUI. En el siglo X hubo muchos decretos episcopales y conciliares exhortando a la enseñanza ele los artículos de la fe, de los mandamientos y de los pecados capitales. Algunos obligaban a los sacerdotes a que explicaran la doctrina cristiana los domingos en ,la santa misa 31 • Un paso adelante hacia la estructura de los catecismos modernos se dió en el siglo XHI con los carac– terísticos Elucidarios. El más importante de los cuales es el célebre: Elucidariurn sive dialogus de surnma totius christianae theolbgiae, de Honorio de Autún al. Esta compuesto en preguntas y respuestas y se divide en tres partes: en la Catecismo Romano, ecliz. PEDRO :\fARTINEZ; Introducción histórica, p. XXXI-XXXII, Madrid, 1956. :!G I\,fARTINEZ, op. cit.,, p. XXXII. MANSI, Ccmcil., t. XII, col. 396- 398. !bid., t. Xlll, col 908. Mt., 97, 246. :{() 1,1.t . ., 101, 1097-114-"1. '" MANSI, col. 693, col. 836. 3 ~ 1lft.~ 172, 1109~76. 9

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