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hecho germinar, dando la simiente para sembrar y el pan para comer, así la palabra que sale de mi boca.no vuelve a mí vacía, sino que hace lo que yo quiero y cumple su misión» 20 ·· 21 • Tanto los catecismos como los catequistas deben adaptarse a las exigencias del auditorio, del tiempo, del lugar y de las circunstancias. Debe confutar los errores que suelen pulular en las naciones. Luchar contra el comunismo ateo, el materialismo y los errores de la época presente que van causando la desolación y la ruina en las almas, en las familias y en las naciones. II. - HISTORIA DEL CATECISMO. La doctrina cristiana en un sentido lato comprende la Revelación que nos manifestó Jesucristo por el Nuevo Testamento y por la Tradición. Esa es objeto de la sagrada Teología. En nn sentido más restringido se concreta al catecismo, es decir a un pequeño manual •que contiene las principales verdades que debe conocer y practicar todo buen cristiano. En origen esta palabra significaba el conjunto de interrogaciones que se dirigian a los bautizados en el atrio de la iglesia Eran enseñanzas orales y familiares que se hacían a .los catecúmenos en forma dialogada en prepa• ración al bautismo. Del método catequético pasó el significado al texto que servía 'para la instrucción religiosa 23 • No 'Pretendemos hacer acquí Una historia completa del catecismo 2 4, sino solo trazar algunas líneas generales acerca de su desarrollo. De este modo podremos comprender mejor la impovtancia que ha tenido y tiene todavía para la formación religiosa del cristiano. L • Desde los tiempos primitivas hasta el siglo XIII. - En un princip10 se bautizaba a los adultos y se les instruía en la doctrina cristiana de forma 2 º e 21 Is., LV, I, 10-12. « Ante baptismum fit catechis-• mus et exorcismus... Illa autem in– terrogatio et responsio fit in catechis– mo ». Cf. PEDRO LOMBARDO, I, 43. " 3 « El catecismo que en la prime– ra acepción de la palabra viene a señaler la instrucción oral de ,las ver– dades reveladas, pasó después a si– gnificar el libro que contiene la ex– posición elemental de esas mismas verdades. Esta enseñanza primaria se solía dar a los adultos que se prepa• raban al bautismo. Cuando la Iglesia 8 se va estendiendo y hay necesidad de bautizar a masas enteras, surge entonces el problema de dar ense– ñanza a aquella multitud de niños y adultos que no lo pudieron recibir por separado ». Catecismo Roma110, ed. PEDRO l\lARTINEZ HERN.ÁNDEZ. In– troducción Histórica, XX.XIII, l\Ia– drid, 1956. 24 Esta materia se trata extensa– mente en VACANT-MANGENOT, Dict. Theol. Cathol., voz Catechismo, vol. II, col. 1900- 1968.

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