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antes de la publicación, la cual verificó Benedicto XV, siendo Gasparri Car– denal Segretario de Estado. Fué el confidente y el apoyo del Papa de la Pa1, confiándole encargos importantísimos y nombrándole Camerlengo de la Santa Iglesia. El nuevo Pontífice Pío XI le confirmó en el cargo para continuar las sa– vias directrices de la Santa Sede, para bien de la Iglesia y de las naciones. Con el Papa fuerte y sabio trabajó para llevar a cabo la magnífica obra de la Conciliación ele Italia con la Sanla Sede sellada en los Pactos Latera– nenses y el Concordato. Llevadas a feliz término estas gloriosas empresas y actividades se retiró a la vida tranquila para perkccionar sus obras y escribir sus memonas. El sabio y diplomático Cardenal, dejando la vida agitada de la Secretaria de Estado y retirado de los negocios, no por eso llevó una vida ociosa. En su descansada vida y fuera del mundanal ruído pensó componer la obra más esencial a todo cristiano: el Catecismo "' 1 • En el proemio Gasparri distingue tres clases de personas, a las cuales se debe adaptar la institución catequística. l". Los niños que se han de admitir a la primera comunión. ,za. Los niños un poco mayores, que se dedican ya al estudio del cate• cismo, por obligación. 3". Los adultos y cultos que desean un conocimiento más amplio de la doctrina católica 00 • Luego debe escribirse tres clases de cateci,mos, adaptados a estas tres cate– gorías ele personas. Aquí se dan los tres catecismos en ,un solo volúmen para mayor facilidad ele los catequistas. En el uso pueden separarse 61 • Si se trata de los que deben recibir por primera ve1 la Sagrada Eucaristía Pío X con el Decreto (¿11111n sing11lari del 8 de agosto de 1910, determinó la edad y las normas para recibir los sacramentos de la primera comunión los niños o jóvenes que estan avanzados en edad y que no tienen los conocimientos atlecuados y convenientes. Los catequistas, párrocos y obispos deben procurar que esos tales aprendan las cosas más necesarias para la primera comunión con la condición de continuar después en el estudio tlel catecismo. l. - Algunas cosas necesarias o convenientes para todos Los catequistas deben procurar que todos aprendan de memoria algunas cosas comunes a todos los cristianos. Deben exponer de un modo claro y ordenado los rudimentos de nuestra santa ie y algunas oraciones que el cris- ·,o "Nel conforto dei sogni avve– rati, ai quali soleva unire un'opera ancora tutta sua, tutta intima e cara, il Catechismo Universale, compiuto proprio negii ultimi riposi; nella vi– sione cli tante conquiste che gli sor– rideva nel cuore e nelle ¡mpille ed era luce serena del !impido Yespro della sua I unga grande giornata, il caro e venerato Príncipe della Chiesa e stato chiamato ai premi eterni "· L'Osservatore Roillallo della Dome– nica, 25 nov. 1934, p. 2, col. 3. ''º Cfr. Carel. G.\Sl'ARRI, Catechis- 11111s ca tholicus, p. 8, Roma, I 933. '" Loe. cit. 17

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