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responde. 2. Dichiarazione j1ii"1 cojJÍosa dl'lla dottrina cristiana J1er uso di r¡11l'!l1 che inscgnano ai fanciulli ed altre J>ersone snnplici (Roma 1598). En esta el discípulo interroga y el maestro responde. Las dos obras tuvieron mucho éxito y se difundieron extraordinariamente. Toda la materia la reduce a tres puntos o epígrafes: lo que se ha ele creer, o explicación del símbolo; lo que se ha ele esperar, o materia ele oración: la caridad con todas las acciones preceptivas o prohibitivas. Está en forma dialogada. Aprobados por una comisión ele teólogos el Papa mandó que fuera el texto único en los Estados Pontificios, manifestando el deseo que se adop– tase también en otras partes. Han tenido muchas ediciones y traducidos a muchas lenguas ' 1 • En el Concilio Vaticano se propuso como modelo para todo el mundo y se discutió mucho; pero como el Concilio quedó suspenso no se llegó a la aprobación definitiva, aunque tenía muchos sufragios a su favor. S. Pío X en 1905 ordenaba que el « Compendio della dottrina cristiana», fuera el texto obligatorio para la ensefianrn pública y privada de la diócesis de Roma con deseos que lo a<loptasen tambi,~n otras diócesis de Italia'". No obstante los deseos del Concilio de Tren to y del Vaticano de unificar los catecismos fueron tanto, los que se publicaron en las naciones católicas que no es posible enu· merarlos aquí todos. Por via de ejemplos citamos entre los espafioles a Jerónimo Ripalda: Doctrina cristiana. Burgos 1591; Gaspar As tele: Catecismo de la doctrina cristiana .. breve y muy difuso en España y Colonias; José María ,\fam: El catecismo de 111 doctrina cristiana. que es como una fusión ele los dos an• teriorcs. Era muy leído en las familias cristianas, y aún hoy día, se usa en algunas regiones. Entre los alemanes fu<'.: muy estimado H. Everbcrg: Katcc!ti.111111s der chris– lrntholisc!1e11 zum Gcbrrmcl1c dcr gresscrcn Schucll'r nach Analrit1111g des R(– ligions handbuchs, Munst. 1801. Spirago F.: Katlrolísc!ter Volks-Katcclii.1J1ws, 1853. EsttlYO muy en bo¡1;a y fué lraclucido en varias lenguas. En Francia tuvieron resonancia lo, ca tecisrnos del Canl. Fleurv ( l (i79), ele Bossuet (I 687), S.J.B. de la Salle para el uso ele los Hermanos de la Doctrin:1 Cristiana, etc. En Italia hicieron tentatinJs de unificación lo, obispos de Pi·emonte, Li– guria, Emilia, Toscan;i, etc. que con algunos retoques adoptaron el catecismo de Mons. Casati (1765), obispo de Mondod. S. Pío X fué un apóstol del catecismo, siendo capel];ín de Tombolo, p:ír· " Cfr. Sm.Ii\IERVOGEL, ojJ. cit., t. I, col. l I87-12M. « Catechismum, quem S. Canl. Bellarminus, theologica scientia sum– mus, ptl'erorum in gratiam composuc– rat, laudibus multis cxtulcrunt Ro– rnani Pontífices sanctaeque memo– riae Pontifex Pius X, piures cale- 14 chismos, alium adolescientium aeta– tem accommodarnm probavit et praescripsit, praesertim 'provinciae romanac; cornplures quoque Episco– pi, el in Italia et extra Italiam suam quisque clioecesim proprio catechis– mo instructarn voluerunt ». GASPAR– RI, op. cit., p. (}.

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