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predicación y la enseñanza a los párrocos para exponer con orden y de ma– nera uniforme las verdades de la fe 46 • Dice D. Pedro González ele :\íiendow que recogió notroas de los meses junio y julio del J 563: « También se ha dado orden estos dias, y S. S.tad lo quiere, y todos lo desean y es cosa muy importante a la christiamlad, que se haga un {'.atecismo y así se han señalado teólogos para ello, distribuyendo las materias para ellos. •Para el Credo señalaron españoles, porque parece r¡ue son gente a quines se les puede encomendar la fe ' 17 • La Comisión no tuvo tiempo para terminarle completamente antes de la clausura del Concilio (1564), Pío ]V nombró una nueva Comisión para eje– cutar los deseos ele] Concilio y a su frente aparece el Arzobispo de Milán, S. Carlos Borromeo. S. Pío V elegido el 7 de enero de 1566, Pontífice enérgico, lleno de celo por la Fe católica, hombre santo y providencial, trató de sacarlo luego a lu1, para bien del mundo y lo hizo publicar con el título: Catechis– m 11s ex decreto Concilii Trid('ntini ad jJarochos Pii V jussu crlitus '"· Luego se him la traducción en italiano y en otras lenguas. El sucesor de S. Pío V, Gregorio XII.I mandó hacer otra edición y a los pocos años se extendió por todo el mundo católico. Clemente XII.I ordenó que se reeditase nueY,1mentc , lo recomenclú a los obispos y párrocos. León XIIH le elogió mucho y S. Pío X y Pio XI han contribuido mucho a su aprecio 49 • Este catecismo es ele gran autoridad ya sea por su origen, va por la ela– boración, ya también por la intervenciún de los Sumos Pontífices. El contenido, es sólido y seguro. Conüene cuatro partes: Credo, sacramentos, mandamientos, oración dominical 50 • S. Roberto Bclarmino (15·12-1621), Canl. de la S. Iglcsi:i, t!:10 de los teó– logos müs célebres de su tiempo, por orden del Papa Clemente VIII compuso sus dos importantes catecismos: l. Dollrina rristimw breve, jJcrche si possa im– jJarare a mente, (Roma 1597), en la cual el maestro pregunta y el discípulo "º « Quod Tridentino et Vaticano Concilif;; in votis iclem oplatissimum sit omnibus, quicumque doctrinae christianae pervulgandae stuclent, ut catechismus edatur qui in Ecclesia universali adhiberi ipossit, ideo nem– pe ut quemadmodum umis est Do– minus, una Geles, ita etiam una sil tradenclae fidei, ad omniague pieta– tis officia populum christianum eru– diendi communis regula atque prae,– criptio ». GASPARRI, ofJ. cit., p. 7. 47 MERKLE S., S. Concilii Tridn1- ti11i Diarium, Friburg-B., II, p. 689. 48 Pablo Manucio, Romae. 1566. 19 Cfr. Acerbo animo_. 13 de abril 1905. AAS. XVI (1924) 14-1. Unige– nitus Dei Filius, l 9 marzo 1924. AAS, Romano, p. XLIX. 'º In Const. In dominico agro, 1-1: junii 1761, Clemens XIIJ docct hunc catechismum fuissc « non mediocri labore et stuclio romposi tum, om– nium consensione probatum et sum– mis laudibus exceptum », et Roma– nos Pontífices illuc cam doctrinam contulisse « guae communis est in Ecclesia et procul abest ab omni pe– rindo erroris ». Et Pius XI, Epist. Unigenit11s Dei Fili11s, 19 martii l 924: « in quo [C:rtechismo Roma– no] nescias utrum magis mirari co– piamne sanae cloctrinae, an latini sermonis ekgantiam ». C,1tcclüsmus pertractat de Symbolo, de Sacrarnen– tis, de Decalogo, de Or;itione (Apud GASPARRT, o. cit .. p. 8, nota 7). 13
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