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puesto por dos calvinistas por orden del Elector palatino Federico III que se difundió ampliamente por Suiza, Austria, Holanda y otros países y fué el más celebre después del ele Lutero. Z. Ursinus y C. Qledanus, Caíechesis religionis christianae, r¡uae lrnditur in eccl. et scholis jJalati11at11s. Con objeto ele combatir las doctrinas de los Reformadores y usar de los métodos pedagógicos que ellos utilizaban en la propagación de sus errores, se escribieron muchos catecismos católicos sobre todo en Francia e Italia • 3 • Los más autorizados y difundidos fueron los S. Pedro Canisio, S.J. (l 527-1597); des'Plegó su actividad apostólica contra la Reforma en Alemania, Bélgica y Ho– landa. En l 547 concurrió al Concilio Tridentino como teólogo delegado de Otón, Obispo de Ausburgo. Pío IV le envió por las regiones alemanas para ejecutar los decretos del Tridentino. Le beatificó Pio IX y le canonizó y de– claró doctor universal de la Iglesia el Papa Pío XI. Entre sus vari.1s publicaciones son dignas ele especial mención los cate– cismos. 1º) S11mmr1 doctrinae christianar, Viena 1555. Para uso de los catequi– stas y personas cultas. Se llama catecismo mayor. 2º) Summa doctrÍlwc christianac jJcr r¡11acstiones trndita el ad ca/Jtum rndiornm accomrnodalac, Ingo1stadt 15.56. Para los nifíos y el pueblo. Esta com– pilación de la Summa se llama catecismo mínimo. 3°) Dos años después publicó Parvus catechismus cat!tolicornm, Colonia lfr58. Como un texto intermedio para estudiantes llamado catecismo medio. Se editó bajo diversos títulos: Catcchisrnus catholin1s. Jnstructioncs doctrinac christianae, etc. Los catecismos del P. Canisio se tradujeron a Yarias lenguas se difun- dieron por toda Europa. El criterio es único y también la distinci6n en varias partes: fe. csjJtranza, caridad, Pater nostcr, mandamientos y sacramentos, jJc– mdos, obras dr misericordia, dones del Es/Jíritu Santo, birnavr11t11ranzas, con– sejos eva11grlicos, postrimerías. No trata ele las questiones ele controversia, ni ele los errores ele los Novadores. Contribun'i mucho a la unificaci6n de la doc– trina cristiana. deseada e intentada por el Concilio Tridentino. Por mucho tiempo fué el texto obligatorio en las regiones de lengua alemana 44 • Entre los muchos frutos •que produjo el Concilio de Trento uno muv importante fué el Catecismo Romano •que se ha soliclo llamar « genuinum Con• cilii Tridentini foetum ,, ". El J 3 de abril de l :-í-1 fi se propuso el primer proyecto ele la publicación de un catecismo en latín y lengua Yulgar, que debía contener los fundamentos de la doctrin.1 católica contra los errores protestantes. Este manual, claro y preciso, debía ordenarse de tal modo que facilitara la 23 Cfr. Enciclopedia Gattolica. t. III, 1122, Citta del Vaticano. ,,, Cfr. So:\rMERVOGEL, Biblioteca de la Compañía de Jesús, t. II, 1891, col. 617-666. l\1on umen ta Paedago- 12 S. J.. \faclrid 1900. O. BRAuNs– BERGER, Entstelumg 1111d erstr; Ent wihlung der Catechisnws des sel. P. Canísius, Friburgo en Br. 1893. HERNANDEZ, op. cit., p. XI.

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