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primera, se explica el credo; en la segunda, se trata del mal físico y moral; en la tercera, de los novísimos. Fué traducido en varios idiomas. Después de los Elucidarios vino el mé·todo ele los septenios o sestenarios, puestos en boga por Hugo ele S. Víctor. Este escribió el libro llamado De septenis seu septenariis 33 • Se llamó así porque trata ele las siete bienan:ntu– ranzas; de los siete pecados capitales; ele los siete dones del Espiritu Santo: de las siete obras de misericordia, etc. El método es un poco arbitrario, sm embargo, tuvo un influjo notable. En parte siguió también este método Santo Tom,ís de Aquino en sus cinco opúsculos que tratan de la materia y pueden representar un catecismo completo: 1°. ExjJositio sy 1 mboli Apostolorum: 2u. ExjJOsilio orationis Domi– nzcae; 3°. Exj)Ositio salutationis Ange/icae; Jº. De dccem praacptis et amoris; 5°. De articulis fidei et Ecclesiae sacramentis. Estos opúsculos ordena– dos y adaptados forman la materia ele un catecismo 31 . Merece también mención especial el B. Raimunclo Lulio, Terciario fran– ciscano que escribió en ,lengua vulgar algunos libros que se pueden considerar como verdaderos catecismos de la época (1~73-1275). En e/ Libro de doctrina pueril se contienen estas materias: Dels XIV articles, Deis X mandaments, de les VII sagraments, de Sancta E,;gleya ... deis VII dons qul Sant Espiriti dona, dels VIII benuyranses, clels VíII goigs ele N.R.A, Dona Sta. i\faria de les VII vertuts, deis VII peccats mortails, de les III Ligs, de les VII arts. En el Libre de Clerecía (Liber dericorum), traducido del antiguo francés, se trata también mucha doctrina cristiana. En el siglo XIV se publican dos obras dignas de mención especial. l. Catc– chisnws Vauriensís que se debe al Sínodo ·principal de Lavaur cerca ele Narbona (Francia) tenido en l 369. Parece ser que a la composición contribuyeron los opúsculos del Angélico arriba citados. La doctrina cstú expuesta de un modo lógico y completo 3 '. 2. Lay Folhs Catechism compuesto por el Carel. Thoresby, arzobispo de York, publicado en latín e inglés el 1357 para actuar la constitu– ción de J. Pekham, arzobispo de Canterbury, ,que ordenaba a todo sacerdote explicar cuatro veces al aíio el credo, los sacramento,, los dos preceptos de la caridad; los siete pecados capitales, las ürtucles teologales y cardinales. Aquí ya se da el nombre de catecismo, un siglo antes de Lutero. En Francia influyeron los libros del cé·lebre Gersón (1363-1'129); De par– vulis ad C!tristum trahendis, Compendiwn Theologiac breve et utile, ABC des simples gens, de tn 1 s grand utilitéc et proufit, y Opus tríjJartitwn de praeceptis decalogi, de confcssione et 11rtr' moricndi 3 ". En Italia se conocen también los catecismos notables de Savonarola sobre el decálogo y el Ave María. En Espafia en 1'129 se manda publicar en un Cnncilio de Tortosa un breve compendio de la religión dividido de modo que pudiera explicarse en seis o Afl., 175, 405-14. 31 C[r. OjJera 01nnia,, t. X\'I, Ed. Pannae, 1865. 10 Cfr. \L\Ns1, XXVI, col!. ,1sct-93. :rn Oj1cra, Anvers, 1706, t. 31, etc.

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