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18 DOS RELACIONES INÉDITAS SOBRE LA :'\IISIÓN CAPUCHINA DEL CONGO (119) manuscrito como en otro, van llenos <le correcciones y notas interlineales y marginales, lo cual no sucede con lo copiado por el P. Anguiano, quien por otra parte ha recogido en su copia las correcciones y notas puestas por el primero en el original'" introduciendo alguna pequeña corrección o añadidura y supri– miendo algunas cosas. Para el análisis de la obra seguimos como guía el ms. 3533. Como se habrá obsen:ado la Descripción narratfra consta de cuatro partes principales. La primera (p. 1-156) comprende 43 largos capítulos y en ellos se hace la relación completa de la misión del Congo, desde sus comienzos hasta el año 1657, sobre todo en lo referente a la predicación ele los misioneros, sus co– rrerías apostólicas, trabajos, frutos, escuelas, aprendizaje de la lengua, etc., sin oh-idar las cosas coni_:ernientes a la organiza– ción, gobierno y marcha de la misión, llegada de los misioneros, ,ida y muerte de los que fallecieron, etc. - La segunda parte (p. 157-182) consta de 21 capítulos, en los que se han recogido cuantas noticias pudieran interesar a los lectores europeos para conocer el reino del Congo deRde el punto de vista geográfico y etnográfico; trata del dima, de los frutos del campo, de los animales dom{>sticos y salYajes, de los hahitanteR y de ~ns costum– bres, religión, ocupaciones, etc. - La tercera parte (fol. 7-19) :,.e ocupa hre,emente de las misiones de Guinea, Dari{>n, Benín, reino de Zinga, Cnmaná y Caracas. La cuarta y última parte ( fol. 20-22) refiere una serie de cxhortaciones para animar a los misioneros a trabajar eon celo por la salYación de las almas; este tratadito se halla más extenso en el ms. 3574 que en el <1tro, en que se omite el último de los cuatro punto. Como ya dijimos, hablando del P. Juan de Santiago, el P. Antonio no ha ht•eho más que transcribir ca,;i literalmentP cuanto aquel puso al final de su Relación. Haciendo caso omiso de las do,- últimas partes, examinare– mos la primera y segunda, que son las que se relacionan di– rectamente con la misión del Congo. El P. Antonio de Ternel comenzó a t>scribir la ohra que acabamos de reseñar despu{>s de haber regresado de la misión~ morando en el conwnto clt' Murcia (38), al que debió llegar lo más pronto a mediados de 1658. Allí estuvo ocupado en la com– posición de los libros anteriormente mencionados, que no le dejaban tiempo para dt'dicarse a esta rehción ( 39). Sabemos tamhit'n que la compuso mientras era iruardián de dicho con– Yento y en muy hreve tiempo: (381 Cf. Descripción narratirn, p. 155. (391 Se ocupaba ((en el trabajo continuo para sacar a luz los siete libros de la lengua del Congo tan necesarios para el ejercicio y progresos de los misio– narios en aquella función; que es más de lo que puede la pequeüez de mi talen– to)). !bid., Prol., f. 3r.

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