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10 DOS RELACIONES INÉDITAS SOBRE LA MISIÓN CAPUCHINA DEL CONGO(lll) las costumbres de los habitantes - sin dejarlas a un lado por completo - va más al fondo de la cosas, poniendo de manifiesto los frutos obtenidos por los misioneros en sus predicaciones y tareas docentes. Aparte l.a minuciosidad y exactitud en descri– birnos los hechos, se nota en nuestra Relación un gran cuidado en acotar pormenores y en fijar fechas y cifras con particular diligencia, come se echa de ver en el número de bautismos ad– ministrados, de matrimonios celebrados, de alumnos que fre– cuentaban las escuelas, en la fecha de la muerte del P. José de Antequera ( 1 de julio de 1645), de Fr. Angel de Lorena (12 de marzo de 1647). Y así podríamos ir diciendo de otras muchas cosas en particular. Por todo lo cual creemos poder afirmar que la Relación del P. Juan de Santiago es una de las mejores fuen– tes para escribir los orígenes de la misión del Congo, y por lo que a los cuatro primeros años se refiere tal vez la mejor en su conjunto y aun en sus pormenores. II. - EL P. AN'l'ONIO DE TERUEL (1604-1665) l. - Datos biográficos En el navío en que había de regresar a Europa el P. Juan de Santiago llegaba a Pinda el 9 de marzo de 1648 este insigne misionero e historiador de la misión del Congo. El cronista de su provincia de Valencia nos ha conservado no pocos datos bio– gráficos (21). Nació en 1604 y cuando contaba 17 años de edad recibió el sayal capuchino de manos del entonces ministro pro– vincial P. Miguel de Valencia el 12 de junio de 1621. Emitida la profesión religiosa y cursados los estudios eclesiásticos con notable aprovechamiento, fué nombrado lector; pero terminado el tiempo de su lectorado, que solía durar unos siete años, de– jando la cátedra, se dedicó de lleno a la predicación. Desem– peñó por tres veces el cargo de guardián en el convento de Tortosa agregado entonces a la provincia de Valencia por estar el resto de Cataluña dominado por las armas del rey de Fran– cia; tuvo el mismo oficio en Murcia y fué dos veces definidor provincial. Deseó vivamente ir a misiones entre infieles y repetidas ve– ces solicitó esta gracia a la S. Congr. de Prop. Fide y cuando la Santa Sede confió en 1645 la misión del Marañón a la pro– vincia de Valencia fué designado entre otros el P. Antonio de Teruel, quien había de sustituir al prefecto P. Andrés de Cocen– taina en caso de muerte de éste(22). Pero el proyecto de dicha (211 Crónicas de la provincia de Valencia. Parte segunda, p. 101-107. (Ms. (.onservado en el Archivo Provincial de los Capuchinos de Valencia). (22í Cf. Archivo de Prop. Fide, Scritture antiche, vol. 108, f. 11, 123; vol. llO, f. 28 sg., 230, 251; vol. H5, f. 267 sg., 282.

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