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(106) P. BUENAVENTURA DE CARROCERA 5 una terrible peste, el P. Juan se dedicó al cuidado material y eepiritual de los apestados, administrando los sacramentos a los fieles y preparando a los herejes para recibirlos. Después de un año de viaje desembarcó en Puertovelo (Panamá} el 4 de abril de 1649. A los pocos días salió para Cartagena, «donde fué Dios 'Servido que hallase cuatro religiosos Capuchinos de la provincia de Andalucía, misioneros de la misión de Guinea)), que habían Uegado allí juntamente con otros diez misioneros(lO). El 14 de junio se embarcó con rumbo a España; el 3 de julio llegaron a la Habana, de donde salió el día 19; y a los 17 meses de haber salido del Congo, el 7 de septiembre desembarraba en el puerto de Bonanza, desde donde se trasladó luego a Sanlúcar d.e Barrameda. El ya mencionado P. Mateo de A nguiano en una de sus obras inéditas traza en los siguientes términos la semblanza de nuestro misionero: «Vivió después algunos años, ejercitado de sus muchos achaques, contraídos en servicio de Dios y en la conversión de las almas. Fué hombre de admirable espíritu y con su doctrina y ejemplo encaminó muchas almas a ~a perfección evangélica; alcanz<Í muy alto grado de contemplación y era casi continuo en esta enseñanza. Escribió varios tratados espirituales en lengua castellana, de los cuales t;Ó}o se ha impreso el Arte de bien morir. También escribió la relación de su viaje al ,Congo y los rudfmentos de la doctrina cristiana y gramática en lengua congnesa para la edm·ación de los del Congo. Vivió siempre como abeja solícita de la casa de Dios, juntando la acci<Ín a la contiemplación y adelantándose cada día en perfección hasta que lleno de méritos y buenas obras cerr<Í dichosamente el paréntesis de su vida en el convento de Toledo, dejando a la posteridad suavísimos olores, la fragancia de sus virtudes con que hace perdurable la memoria a los siglos presentes y venideros»íll). Después de su regreso de la misión ejerció durante los años 1652 a 1655 el cargo de vicario y maestro de nuevos en el convento de Toro (Zamora). Según el P. Mateo de Anguiano, ((vivió después algún tiempo y aun años; y aunque con poca salud, siempre bien empleado y dedicado a dirigir almas a Dios, en que trabajó mucho hasta su muerte)) ( 12). Acerca de la fecha de su muerte sólo podemos decir que tuvo lugar hacia 1672, año en que apareció póstuma, como luego veremos, una obra suya ( 13). 2. - La << Relación sobre el Congo )> Los bibliógrafos de la Orden atrihuyen al P. Juan de San– tiago dos obras, una de índole espiritual y la otra de carácter (10) Jt"Ar.;' DE SANTIAGO, Relación, p. 183. (111 Cf. Segunda parle de la Cró11ic11 ,1,, los :Uenores Capuchinos de T\'.S.P.S. Francisco de esta Provincia de las dos Castillas, en la Bibl. i\·acional de Madrid, ms. 18.178, f. 110 v. (12) Cf. }l"AN DE Mo:-,¡zo;,;, Erario dit•ino cit. Parte tercera, ed. por el P. BrE– NAVENTL'RA DE C!l'DAD Ron:uco, O.F.M.CAP., p. B-I6, Salamanea, 1910: MATEO DE ANGUIANo, Vi<la }' drtudes del Capuchino Español, 2 ed.. p. 284, Madrid, 170L (13í Cf. BrE"iAVE!'.Tl:RA DE CARROCERA, O.F.1\1.CAP., i\·ecrologio de los Frai– les iHenores Capuchinos de la prodncia dd S. Corazón di' Castilla, 2 enero, p. 2, Madrid, 1943.

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