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- 33- los medios, se inicia el movimento, se pone el trabajo. Luego para llegar a realizar debidamente nuestros grandes ideales mi– sionales y misioneros se necesitan las tres cosas indicadas: tra– bajo, unión y constancia. Sin desmayos y sin estridencias; sin exclusivismos ni pgoísmos; quaerentes, non quae sua sunt, sed Jesu Christi; ut in omnibus lzonorificetur Deus. VI. Plus Ultra I Duc in altum ! Bn tres cla,ws se puede dividir el ejército misionero que milita en la conquista dPl reino de Cristo Rey: dp retaguardia en la propaganda, de vanguardia en los campos de misión, de intelectuales en la enseñanza y formación. A todas esas clases militantc,s que trabajan en la rlilatación dPl rc,ino dP Cristo y salvación de las almas inmortales es aplicable el lema de nuestro antiguo escudo patrio: Plus ultra! PLUS ULTRA! en la propaganda misional, en establecimiento y organización de las Obras Pontificias, en la U. i\f. del C., eu las Obras de apostolado, en la formaci(in de la eonciencia misionera en todos los fieles. Se necesita mayor conocimiento de los problemas mi– sionales, de la misión universal de Jesucristo, de los beneficios de la Redención, de las propiedades de la Iglesia, de la necesidad del apostolado, de la comnni6n de los Santos, ,le la fraternidad cristiana. Cuanto los fielr~s más conozcan las Obras misionales, sus fines y organización, más coopera,rán a ellas. Si es todavía muy limit:ula, se debe Hin duda a la escasez de conocimiento y a la limitación de acción. Cierto flUe las uecesidades actuales son muchas, las crisis económicas enormes, las circunstancias políticas inestables; pero la catolicidad no conoce límites, la caridad cristiana es generosa y sacrificada. Y en último resultado, cuando la cooperación ma– terial no es posible, nos queda siempre la oración, el sacrificio, la inmol~wión por nuestros hei·manos, a imitaición fü, nnPstro Maestro inmolado por todos en el arn dP la Cruz.

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