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y en las actitudes litúrgicas de la m,isll., a~o111pañada& .d.e un breve comentario. Antes de practicar las misas comun,itarias s.e debería instruir al pueblo con cursillos o pláticas durante un mes sobre la misa y sentido de cada ceremonia. 2.º Hay .que que conseguir que la gente cante; en este aspecto la gente es cómoda y vergonzosa. Sería ideal el canto gregoriano, pero en la práctica es más facil cantar en lengua vernái::ula y en i::anto popular. En Francia han tenido éxito los salmos del P. Gelineau; en España va teniendo aceptación la misa comunitaria del P. Arriando. Para el canto de los salmos se recomienda antes una catequesis de salmos. 3. 0 Hay que volver a las procesiones de la misa: a) procesión de entrada; b) procesión de ofrenda; c) procesión de comunión. Y e.stablecer el equi– po litúrgico: lector, colectores, hostiarios, monitor etc., dando sensación de asamblea orgánica. 4. 0 Iniciar al pueblo en el silencio. En su libro "Testamento del Señor" Guardini nos habla hermosamente del valor litúrgico del silencio. 5.o Hacer que el pueblo comulgue en la misa, en el mismo altar del sacri– ficio. No está bien dar la comunión fuera de la misa; y en cuanto a las con– fesiones, estaría bien abstenerse durante la misa mayor. 6. 0 Por último, hay que convencerse de que no basta la pastoral litúr– gica: hay que entroncarla en una pastoral de tipo general. Se necesita una pastoral comunitaria, reforzada por la predicación, con la que podemos y de– bemos crear un sentido de comunidad viva que trascienda más allá del tiempo. Coloquio P. Carlos de Villapadierna: Parece que hay contradicción: por una parte. la causa de toda esta renovación litúrgica es que el hombre es hoy más despierto y exigente, y por otra. usted ha afirmado que son los estudiantes los más reacios a admitir estas renovaciones. Sr. Malclonado: El estudiante tiene prisa por terminar cuanto antes, y es propenso a una piedad individualista y cómoda. P. Leopoldo de Cerezo: De organizar la misa tal y como usted la ha propuesto, no habría posibilidad de que todos los fieles de Madrid pudieran cumplir con el precepto, ni siquiera en la proporción actual. Sr. Maldonado: Esto exigiría una planificación de horarios de misas en Madrid. P. Buenaventura de Santamaría: ¿Podría un seglar hacer de monitor? Con ellos nos ahorraríamos personal. Sr. Maldonado: No hay inconveniente. Conferenria fuera de programa COMO VEN LOS SEGLARES AL PREDICADOR Por D. JESÚS T0RDESILLAS Como se había anunciado •en las anotaciones al programa de este Congre– so, se ha logrado también, a título informativo, la intervención de algún ilustre seglar que nos defina la posición de los fieles ante nuestro apostolado. Este ilustre seglar ha sido el señor Tordesillas, actor de cine y teatro. El P. Begoña hizo su presentación resaltando sus dotes de actor y técnico y la labor apos– tólica y fra"ncist::ana que neva a cabo con i:iu arte. 62
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