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Ponencia 2.fi üiqnfe rencia) APOSTOLADO RADIOFONICO Por el Rdo D. JESÚS GARCÍA GnvrÉNEZ Hoy no basta la voz de la campana, que no llega a los no convencidos; a éstos hay que conquistarlos con medios más expresivos: la radio y televisión. Hay, pues, que crear una Pastoral para la radio. En España hay diez o doce emisoras de la Iglesia en otras tantas diócesis; tal vez íJXcesivas, aunque la verdad es que están haciendo una labor estu– penda. Lo ideal sería cerrarlas y crear una o dos más potentes y mejor orga– nizadas, al servicio exclusivo de los intereses espirituales. Los asesores reli– giosos de la radio y televisión no tienen las facilidades que les concede la letra del Concordato (art. 29): no se les pide consejo para nada, e incluso sus intervenciones han de pasar por la censura del Estado. En las radios diocesanas se va tendiendo a que, como en las demás emiso– ras, haya discos dedicados, personajes femeninos, teatro, todo ello con una teleología cristiana: nada de empalagar con rosarios y novenas. En principio no está mal, pero hay que tener cuidado en no convertir la emisora eclesiás– tica en una emisora de tantas. El sacerdote que actúa en la radio puede hacer un apostolado admirable. La radiodifusión le da ocasión para hacer de asesor religioso, colaborador fijo u ocasional, redactor religioso de la emisora y pastor. Mejor le cuadra esta misión, pues ser un simple locutor religioso le puede exponer a la vanidad y quedar, incluso, en un plano de inferioridad respecto de los locutores segla– res, técnicamente mejor preparados. En cambio, siendo pastor se sirve de fermento cristiano y, al mismo tiempo, se hace participar a los seglares, con su colaboración, en el apostolado de la Iglesia. Hasta ahora hemos sido poco audaces y de escasa imaginación en usar la radio como instrumento de apostolado. Se puede decir que nada nuevo se ha hecho desde que el P. venancio Marcos creó su famoso "Consultorio". No hemos enseñado a los hombres a valorar los episodios de cada día con criterio cristiano. Concretándose a los consultorios, tan en boga, el conferenciante da las siguientes orientaciones y consejos: 1. 0 Hay que saber seleccionar las cartas recibidas. 2.0 La respuesta debe ser breve, pero clara, premeditada, estudiada, escrita y leída ante el micrófono; objetiva, sin escamoteos, familiar por el tono y estilo; elegante, moderna, sugerente, respetuosa, terminante, que cause sensación de autoridad y competencia en la solución de la consulta; si se trata de una cosa probable, no cargar el acento excesivamente sobre una opinión. 3. 0 Hay que saber actualizar lo cotidiano. Coloquio P. Begoña: ¿Qué 1n:ocedimiento es preferible: monólogo, entrevista, teatro dramáti– co. ¡:econstrucctón escenográfica, voz misteriosa? Ponente: El monélog'o, sob.-e totlo; para la expuc·ac1ón del Evangelio. Si sé hace una 59
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